Una obra de infraestructura de enormes dimensiones (la más grande del mundo en su tipo) está en marcha, justo debajo de los más de 20 millones de habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México: la construcción del Túnel Emisor Oriente.
Con 62 kilómetros de largo, 25 lumbreras (o pozos), de entre 55 y 150 metros de profundidad y un diámetro de 7 metros, es la obra de drenaje más colosal que se ha construido para evitar inundaciones en el Valle.
A cargo de la Coordinación General de Proyectos Especiales de Abastecimiento y Saneamiento de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el TEO es mucho más que una megaobra.
El túnel podrá drenar 150 metros cúbicos de agua residual por segundo y, al mismo tiempo, disminuir el riesgo de falla en el Túnel Emisor Central, además de servir como instalación paralela para dar mantenimiento alternado a ambos túneles (Central y Oriente), durante el estiaje.
Cuando quede terminado funcionará básicamente por gravedad, al tener una pendiente de 1.6 metros por kilómetro, pero requiere de enormes obras complementarias.
Rafael Carmona Paredes, gerente de ingeniería de la Coordinación de Proyectos Especiales de Abastecimiento y Saneamiento, explicó que el TEO evitará una inundación en caso de falla del Túnel Central y con ello se ahorrarán graves afectaciones a miles de viviendas e infraestructura pública como el aeropuerto, sistema de transporte, subestaciones eléctricas y calles.