La ciudad de Culiacán regresa a la tranquilidad gracias al reforzamiento de la presencia de las Fuerzas Armadas, decisión tomada estratégicamente luego de los acontecimientos del pasado 17 de octubre cuando integrantes de la delincuencia organizada que opera en el estado de Sinaloa agredieron a la sociedad provocando que esta viviera momentos de preocupación y viera afectadas sus actividades cotidianas.
Así, con el arribo de 427 elementos de las unidades de las Fuerzas Especiales del Ejército adiestrados particularmente para realizar operaciones de alto impacto en áreas rurales y urbanas, y que se integran a las tareas de alrededor de seis mil soldados en la entidad, se garantiza la seguridad de las familias sinaloenses; al igual que las Fuerzas Armadas garantizan la paz y tranquilidad de los mexicanos en el país entero, pues en cada entidad existen unidades del Ejército y la Marina coadyuvando con las autoridades en las tareas de seguridad pública.
Se trata de labores que por un lado son estratégicas para el Estado mexicano y, por otro, esenciales para mejorar la seguridad y calidad de vida de la sociedad.
Por todo ello, precisamente, gozan del amplio reconocimiento de un pueblo que año con año califica al Ejército, a la Fuerza Aérea y a la Marina-Armada de México como las instituciones más confiables del país, por arriba incluso de organismos autónomos y congregaciones eclesiásticas.
Pero además de su fundamental participación en las tareas de seguridad pública y de la vigilancia de nuestras fronteras y litorales nuestros soldados, marinos y pilotos participan en labores esenciales de las instituciones del Estado mexicano.
Auxilio en casos de desastres naturales como los sismos, huracanes o inundaciones; campañas de vacunación y asistencia médica; tareas de reforestación; promoción de los valores cívicos con actividades educativas, culturales y deportivas; distribución y resguardo de boletas electorales; distribución de libros de texto de educación básica; y retiro del sargazo de las costas, por ejemplo.
En entrevista con Vértigo expertos en temas de seguridad destacan la importancia de la labor que desempeñan las Fuerzas Armadas; los pendientes que con ellos tienen los Poderes de la Unión y los gobiernos estatales, así como del inquebrantable reconocimiento que el pueblo les prodiga.
Para los entrevistados, legisladores, gobernantes y sociedad, es momento de refrendar el respaldo y reconocimiento a la labor de los soldados, marinos y pilotos.
Valentía y entrega
Es importante recordar que el pasado 17 de octubre los habitantes de Culiacán vivieron momentos de preocupación y vieron afectadas sus actividades cotidianas, producto de las agresiones recibidas por integrantes de la delincuencia organizada que opera en Sinaloa.
Con motivo de lo anterior, a partir del 18 de octubre el Ejército mexicano reforzó su presencia en la ciudad de Culiacán con 427 elementos de las unidades de Fuerzas Especiales y paracaidistas, con lo que ya son más de seis mil los militares que se encuentran en el estado.
Dichos elementos están capacitados y adiestrados para realizar operaciones de alto impacto en áreas rurales y urbanas. Asimismo cuentan con armamento especializado, ametralladoras, lanzagranadas, granadas de mano, así como equipo táctico de radiocomunicación.
La misión principal de las referidas unidades es coadyuvar con el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024 y con ello cumplir “la tarea de proteger y brindar tranquilidad a la sociedad sinaloense”, como manifestó el general Carlos Ramón Carrillo del Villar, comandante de la III Región Militar, al momento de recibirlos y comunicarles que se “integran al trabajo que realizan las tropas” bajo su responsabilidad.
Actualmente los elementos del Ejército mexicano en Sinaloa llevan a cabo patrullajes a pie y motorizados, además de que establecen puestos militares de seguridad. Al mismo tiempo realizan actividades de acercamiento social para que la comunidad regrese a la cotidianidad en un ambiente de seguridad, mismo que proporciona la presencia de los elementos castrenses.
En un recorrido llevado a cabo por este medio es perceptible que la población siente ahora mayor seguridad y prueba de ello es que se han retomado las actividades diarias en los ámbitos laboral, educativo y comercial, pero además así lo expresan los propios sinaloenses.
“Pues se siente más segura la gente”, dice Abel, de profesión comerciante, quien agrega: “Siente uno mucho apoyo para transitar más seguro y no andar con miedo”.
Joana, estudiante, señala que “nuestras fuerzas militares nos han ayudado mucho”, mientras que Ismael, empleado, expresa que “en lo personal me parece muy bien este tipo de retenes”.
Otros testimonios los dan César, transportista para quien “recuperamos la confianza para que esté más segura la gente” y Juan José, microempresario que “le pediría a los militares lo que han hecho siempre: cuidar y vigilar la ciudad”.
De esta forma se demuestra una vez más que las Fuerzas Armadas trabajan de manera incansable por el bienestar de los mexicanos, con valentía y entrega, apegando su actuar al marco legal vigente, refrendando su compromiso de velar por la tranquilidad y salvaguardando a la sociedad civil.
Cumplen con la ley
Juan Ibarrola, analista experto en temas de seguridad, comenta que es importante entender que las Fuerzas Armadas “han sido la fortaleza institucional del país desde hace décadas, desde que existe el Ejército tal como lo conocemos, el que es producto del Decreto de creación del presidente Venustiano Carranza, es decir, el que ha logrado profesionalizarse, institucionalizarse y servir al país desde muchos frentes”.
También expresa que en los últimos 20 años ha sido más notoria su presencia al tenerse que enviar elementos castrenses a participar en tareas de seguridad, “cosa que no los limita en el tiempo porque por lo menos desde la década de los cuarenta desarrollan labores de erradicación de cultivos”.
Pero el punto más relevante, añade, “es que de unos 20 años a la fecha tienen mayor presencia en ciertos lugares, específicamente en aquellos donde grupos delictivos han incrementado su presencia y empezaron a convivir con la sociedad, creando una especie de base social, por lo que vemos que la presencia militar ya es constante”.
Resalta que si bien es cierto que a las Fuerzas Armadas se les asigna una considerable cantidad de funciones esto no significa que estén saturadas. “Definitivamente no, porque las Fuerzas Armadas tienen asignadas tres grandes funciones: la primera es la seguridad exterior del país, esto es, todo lo que pueda afectar al país desde el exterior, comenzando por una amenaza de país extranjero —cosa que no sucede y no sucederá—, o una epidemia; una segunda misión es preservar el orden y la seguridad interior del país, es decir, todo aquello que pueda afectar a la gobernabilidad, al desarrollo de las instituciones y, por supuesto, a la seguridad de los mexicanos, y tercera, auxiliar a la población y a las autoridades civiles en caso de presentarse una circunstancia por la acción humana, como una explosión, o lo que todos conocemos muy bien, el auxilio a la población en casos de desastres naturales, un sismo, una inundación, un huracán… situaciones en las que soldados, marinos y pilotos acuden a rescatar gente, prestar primeros auxilios, proporcionar alimentos y brindar alojamiento”.
—En cuanto a las labores de seguridad que desarrollan las Fuerzas Armadas, ¿considera que tienen el marco jurídico necesario?
—El mínimo indispensable. La gran controversia es lo que se pretendía hacer desde hace dos sexenios con la Ley de Seguridad Interior que al final no pasó. Sin embargo a diferencia de lo que muchos creían este gobierno, con la creación de la Guardia Nacional, impulsó también la creación de la Ley Nacional del Uso de la Fuerza y esto le da soporte legal a las Fuerzas Armadas para poder actuar en coadyuvancia ya que como tal, sabemos, no pueden hacer detenciones ni investigaciones a fondo en materia de seguridad pública, pero lo que sí pueden hacer, en coadyuvancia, es enfrentar con el uso legal de la fuerza a los grupos criminales. Eso antes no podía suceder.
Agrega: “Tenemos el caso de Tepochica, Guerrero, donde se enfrentó a un grupo de delincuentes con el uso legal de la fuerza y quedó demostrado que sí es posible utilizar la fuerza. Sí hay un avance. Es una realidad que no son las Fuerzas Armadas las que agreden. No lo hacen porque en ese caso deben enfrentar la Justicia Militar, se les consigna. De hecho ya también se puede juzgar a militares en juzgados civiles y eso está bien: se fortalece la disciplina y el respeto a la ley con el que siempre se manejan los soldados, marinos y pilotos”.
—¿A su juicio qué temas tienen pendientes los poderes de la Unión y los gobiernos locales con las Fuerzas Armadas?
—Las Fuerzas Armadas esperarían, principalmente, que los estados y municipios fortalezcan sus corporaciones policiacas, que el Poder Legislativo impulse su profesionalización y, por otro lado, que el Poder Judicial —esto es muy importante— aplique una debida impartición de justicia. Es decir, que un juez no libere a delincuentes, como sucede en muchos casos. Y así todo ello propiciaría un escenario, por mucho, mejor al que este país tiene hoy.
Pero es muy interesante entender, puntualiza Ibarrola, “que desde los poderes se debe seguir trabajando, desde los gobiernos estatales, porque si no existe esa fortaleza estatal y municipal no habrá Guardia Nacional ni Fuerzas Armadas que puedan solucionar el problema. Las Fuerzas Armadas deben ser el último recurso de uso de la fuerza de un Estado, pero desafortunadamente en México ¡son el único recurso! Y eso como país no se puede permitir. Y no porque las Fuerzas Armadas no tengan la capacidad, claro que la tienen, tienen la capacidad de enfrentar a los delincuentes, pero estamos en un círculo vicioso: van, detienen, corrigen, le regresan a los gobiernos estatales y municipales la paz y la tranquilidad… y a los tres meses esta se pierde porque no existen fortalezas institucionales, estatales y municipales”.
Todo esto, “más que un pendiente de los poderes de la Unión o los gobiernos locales con las Fuerzas Armadas, es un pendiente que tienen con el país, con la sociedad”.
—¿Considera que cuentan con un presupuesto suficiente?
—Te pongo el dato: México tiene un presupuesto para gasto de defensa de 0.49% del Producto Interno Bruto; para tener una idea, Colombia tiene 2.3% del PIB para gasto de defensa, ya no digamos otras potencias. Vaya, hasta Guatemala tiene más gasto de defensa, cuando nosotros somos 40 veces la economía de Guatemala.
—¿Qué nos demostraron las Fuerzas Armadas en los hechos de Culiacán?
—Demostraron que cumplen con la ley. No sé si otros entes del gobierno lo cumplieron pero las Fuerzas Armadas sí. ¿Por qué razón? El presidente es comandante supremo de las Fuerzas Armadas por mandato constitucional, poca gente cae en cuenta en que los únicos dos secretarios de Estado que deben obedecer por ley al presidente son el de la Defensa Nacional y el de Marina. ¿Por qué? Porque son altos mandos de la Defensa y la Armada y tienen un jefe que es el comandante, cosa que ningún secretario tiene.
Insiste en que en el caso de los disturbios en Culiacán “se cumplió con la ley y las Fuerzas Armadas, además, seguirán desarrollando todas esas otras actividades. Es un mito eso de que la gente quiere que regresen a los cuarteles. ¡Si nunca han estado en los cuarteles los soldados! Siempre han estado apoyando a la población. Esa es la razón de ser la única institución que verdaderamente cumple con la sociedad”.
Juan Ibarrola señala que incluso “hay un estudio de productividad que muestra que por cada peso que el gobierno le entrega al Ejército, a la Marina y a la Fuerza Aérea, en productividad se le devuelven cuatro. Te quiero preguntar si, por ejemplo, los maestros de este país u otros burócratas o los gobernadores locales tienen ese mismo retorno de inversión, por decirlo de alguna manera”.
De ahí viene el agradecimiento, “el convencimiento de que las Fuerzas Armadas son la institución de mayor nivel de confianza en México: porque la sociedad sí recibe su beneficio. Mira, en el centro del país algunas personas desarrollan campañas de desprestigio, pero si te vas al norte, al occidente, al sudeste, vemos que la gente está agradecida con las Fuerzas Armadas: la gente quiere que las Fuerzas Armadas sigan en las calles en tareas de seguridad pública”.
Disciplina militar
Javier Oliva, analista experto en temas de seguridad, sostiene que “es innegable la aportación de las Fuerzas Armadas a la construcción de la democracia y de las instituciones en el país. Lo han demostrado a lo largo de mucho tiempo: basta recordar que hemos vivido tres alternancias del Poder Ejecutivo en 18 años, en términos electorales, tres partidos políticos diferentes, tres posiciones ideológicas diferentes, y la permanencia de la institucionalidad de las Fuerzas Armadas se ha mantenido. Entonces me parece que es algo que los mexicanos, entre otras cosas, debemos apreciar respecto de la doctrina militar”.
También se refiere al hecho de que las Fuerzas Armadas están presentes en prácticamente todos los ámbitos del quehacer de las instituciones del Estado mexicano: “Incluso en los que exactamente no les corresponde, como puede ser el de la seguridad pública o el acompañar a servidores públicos que llevan en efectivo los apoyos de los programas sociales, entre otras actividades. Porque llega a suceder que la autoridad civil local o federal tiende a contraerse y delegar tareas a los integrantes de las Fuerzas Armadas”.
Explica que esto obedece al hecho de que los militares cuentan con la mejor capacidad de organización, “algo que sucede en otras partes del mundo porque tienen capacidad organizativa y de cobertura en el terreno, ya sea espacio aéreo, marítimo o terrestre, y esta es una de las principales virtudes de las Fuerzas Armadas frente a otras estructuras de la administración pública”.
—En el terreno de la seguridad pública ¿cuentan las Fuerzas Armadas con el marco jurídico adecuado?
—No es el marco jurídico apropiado. Lo acabamos de ver en los acontecimiento de hace unos días en Culiacán y en aspectos como el uso proporcional de la fuerza, es decir, con esa ley absurda los soldados tienen que esperar a que primero les disparen y saber con qué calibre los atacan ¡cuando estamos hablando de disparos a matar! Hay ciertos aspectos que no se toman en cuenta en el ámbito civil. Los tomadores de decisiones desconocen muchas cosas y con esa ignorancia es difícil tomar decisiones apropiadas.
—¿Cuáles considera que son los pendientes que tienen los poderes de la Unión y los gobiernos locales con las Fuerzas Armadas?
—En primer lugar el Poder Judicial. Creo que deben empezar por robustecer el sistema penal acusatorio, hoy conocido como “puerta giratoria” porque un delincuente más tarda en entrar que en salir y esto nos coloca, como sociedad, en una situación de debilidad.
En cuanto al Poder Legislativo, indica, “este debe agilizar y aprobar las leyes que se requieren con el sentido específico y no por tratar de sacar ‘unanimidades’ se obtengan leyes como las que tenemos ahora, con imprecisiones, indefiniciones, con zonas grises muy importantes. De tal manera que el Poder Legislativo debería avanzar en ese sentido”.
Y por lo que toca al Poder Ejecutivo “debe canalizar los recursos presupuestales necesarios a fin de mejorar la calidad de vida de los integrantes de las Fuerzas Armadas, de sus familias y, por supuesto, para hacer frente a los antagonismos que enfrentan. A nivel latinoamericano México es el segundo país que peor trata a sus Fuerzas Armadas con respecto del PIB, que es 0.5% solamente: nos superan Colombia o Guatemala, por ejemplo”.
Señala que, además, los gobiernos estatales igual tienen un pendiente muy importante: “La creación y/o fortalecimiento de sus policías, porque de lo contrario se cruzan de brazos para dejarle la tarea a la Guardia Nacional —que es una fuerza constituida básicamente por militares— y esto no implica que los gobernadores y presidentes municipales abdiquen de su responsabilidad de garantizar la seguridad pública”.
Asimismo Javier Oliva asegura que lo acontecido en Culiacán de ninguna manera deteriora la buena imagen de las Fuerzas Armadas: “Yo pensaría que incluso la fortaleció, porque acataron con disciplina la instrucción de la autoridad civil en el sentido de que no actuaran, aunque se les dejó inermes y hay que recordar que mataron a ocho integrantes de las Fuerzas Armadas. En todo caso hay un sentimiento de reconocimiento a la disciplina, a la doctrina de obedecer al presidente como comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Y desde mi punto de vista hay que reconocer la capacidad de adaptación a circunstancias tan difíciles como las que enfrentaron en Culiacán”.
Otro punto que destaca el analista es el hecho de que los integrantes de los grupos delictivos en Culiacán, además de realizar acciones violentas que pusieron en riesgo la vida de la gente, intentaron asaltar la unidad habitacional donde viven familias de los militares: “Es un salto cualitativo negativo por parte de los delincuentes hacia la sociedad”.
Oliva sostiene que luego de los acontecimientos de Culiacán “incluso algunas voces que son consistentemente críticas con las Fuerzas Armadas ahora han matizado mucho sus puntos de vista, los han vuelto más equilibrados y esto me parece que, dentro de lo negativo de la situación, es un mensaje que implica un reconocimiento, es decir, un reconocimiento de parte de los críticos tradicionales de las Fuerzas Armadas”.
Respaldo institucional
Al igual que la sociedad en general los actores políticos de todos los signos partidistas, gobernadores y legisladores expresan su respaldo incondicional a las Fuerzas Armadas ante los hechos recientes en el país, así como también han manifestado su agradecimiento a soldados y marinos en anteriores ocasiones.
Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco, dice que las Fuerzas Armadas “lo único que hacen es jugarse la vida por defendernos a todos los mexicanos”.
Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro, expresa su respaldo “100% a las Fuerzas Armadas”. Agrega: “Lo que pienso personalmente es primero el respaldo a las Fuerzas Armadas; segundo, los apoyos estatales, y de ahí partimos con estrategias para salvaguardar a las familias mexicanas”.
Miguel Riquelme, gobernador de Coahuila, asevera: “En los momentos difíciles en nuestro país tenemos que cerrar filas en torno de la seguridad de todos: mi reconocimiento de siempre al Ejército mexicano”.
José Rosas Aispuro, gobernador de Durango, indica: “Reitero mi reconocimiento a las labores encabezadas por el general Luis Cresencio Sandoval y a cada uno de los elementos que integran las Fuerzas Armadas de México. Nuestro agradecimiento siempre”.
Francisco Vega de Lamadrid, gobernador saliente de Baja California, también ha resaltado la valiosa cooperación de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo sostuvo que durante su gestión trabajó de manera coordinada con la Secretaría de Marina y esto fue “un factor clave para la seguridad de la entidad, así como los resultados que se han tenido en la lucha contra la delincuencia”.
En el mismo sentido se pronuncia el mandatario de Baja California Sur, Carlos Mendoza: “Mi agradecimiento a todos los hombres y mujeres que integran nuestras Fuerzas Armadas y que con gran orgullo y vocación de servicio nos ayudan a mantener la paz del país. En Baja California Sur estamos muy agradecidos por su apoyo”.
Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero: “Mi reconocimiento y agradecimiento a la labor de las mujeres y hombres que integran las Fuerzas Armadas: su heroísmo, valor y lealtad son un orgullo para nuestro país”.
Juan Carlos Romero Hicks, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, afirma que su partido “reconoce que la intervención en actividades contra la delincuencia en México por parte de los miembros del Ejército y la Marina ha sido fundamental y que tiene que ser debidamente meditada”.
Agrega el panista: “Por años han contribuido como garantes de la paz y seguridad de los mexicanos; hoy no podemos dilapidar ese activo en operaciones a las que deben dedicarse otras corporaciones”.
Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, refiere a su vez: “Hay que respaldar a las Fuerzas Armadas, que son un orgullo para México”.
Presencia garantizada
En cada parte del país existe una Región Militar y una Zona Naval donde todos los días del año los soldados, marinos y pilotos están preparados para entrar en acción ante cualquier desastre natural, accidente de grandes dimensiones y, por supuesto, situación de violencia generada por el crimen organizado.
Bastan algunos ejemplos que dan cuenta de lo anterior:
En los sismos de 2017, tanto en Oaxaca como en Morelos y la Ciudad de México, los primeros en acudir al rescate de víctimas, prestar auxilio a la población y garantizar el orden público fueron los elementos castrenses con la aplicación del Plan DN-III-E y del Plan Marina.
Quién no recuerda al soldado Martín, llorando en las ruinas de una casa de Jojutla, Morelos, ante la tragedia y cuya foto dio la vuelta al mundo. “Gracias porque sin saberlo arriesgaste tu vida bajo los escombros”, le escribió al militar el señor Marco, un ciudadano damnificado por los sismos en 2017.
Y cómo olvidar a la perrita Frida, del “binomio canino” de la Marina que ayudó al rescate de personas en la capital del país en aquel septiembre de 2017: “Gracias, Frida, gracias señores marinos”, les expresaron los mexicanos en aquel fatídico año.
Y año con año nuestras Fuerzas Armadas están presentes con acciones preventivas ante el arribo de huracanes, o bien auxiliando a la población cuando la naturaleza daña zonas enteras. El hecho es que las cifras de víctimas mortales es prácticamente inexistente gracias al trabajo de los soldados, marinos y pilotos.
Por todo ello hoy México ante las circunstancias de la cobarde violencia criminal que afrontamos le expresa a nuestras Fuerzas Armadas, orgullo de los mexicanos, ¡gracias!
Tareas habituales de las Fuerzas Armadas
Vigilan las fronteras y litorales mexicanos.
Coadyuvan con los cuerpos policiacos federal y locales en tareas de seguridad pública.
En casos de desastres naturales como sismos, huracanes, incendios e inundaciones, o los provocados por el hombre, el Ejército mexicano (Plan DN-III-E) y la Marina (Plan Marina) despliegan los elementos e infraestructura suficientes para rescatar víctimas, brindar atención médica, proporcionar alimentos y alojamiento, así como garantizar la seguridad de las personas y sus bienes en las zonas siniestradas.
Participan con las instituciones federal y estatales del sector salud en las campañas de vacunación.
Coadyuvan con las dependencias federal y estatales del ramo en tareas de reforestación.
En los procesos electorales federales se encargan de distribuir las boletas para votar en los 300 distritos electorales del país, así como también resguardan las oficinas donde se concentran los paquetes electorales.
Tareas recientes
La Sedena instruye a dos mil 877 jóvenes del programa Jóvenes construyendo el futuro. Se les capacita en mecánica, carpintería, confección de vestuario y calzado, y mantenimiento de maquinaria industrial. La capacitación se lleva a cabo en 21 centros y doce compañías del Servicio Militar Nacional.
La Sedena está encargada de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que se ubicará en la Base Aérea de Santa Lucía.
Elementos del Ejército y la Marina apoyan en la distribución de recursos —en efectivo— de los programas sociales.
Durante la presente administración la Secretaría de Marina ha recolectado más de 83 mil toneladas de sargazo en las costas de Quintana Roo.
Al inicio del actual ciclo escolar elementos del Ejército, Marina y Fuerza Aérea entregaron 176 millones de libros de texto gratuitos en escuelas de educación básica del país.
Bien evaluados
La última encuesta del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados revela que:
Ocho de cada diez entrevistados (83%) dan una calificación aprobatoria, de 6 o más puntos, al Ejército mexicano.
En el caso de la Marina, nueve de cada diez (90%) le dan una calificación al menos de 6.
Cerca de ocho de cada diez (77%) le dan una calificación de 8, 9 o 10.
Cuando se pregunta si las tareas de combate al crimen organizado corresponden al Ejército y a la Marina, tres de cada cuatro encuestados (76%) responden que sí.
De manera similar 74% considera que la presencia de las Fuerzas Armadas fortalece a las otras instituciones de combate al crimen organizado.