Inédita etapa jurídica y tecnológica del INAI

El nuevo comisionado presidente del INAI Francisco Javier Acuña Llamas habla en exclusiva para Vértigo  

Francisco Acuña.
Foto: Concepción Morales.
Norberto Vázquez
Nacional
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Recién designado como nuevo comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Francisco Javier Acuña detalla en entrevista la dinámica que está tomando este órgano colegiado bajo las directrices jurídicas y tecnológicas que hace un año le otorgó una reforma legislativa de máxima relevancia para la vida democrática del país.

De hecho, Acuña llega a la presidencia del INAI para darle solidez y dinamismo a la nueva etapa que trajo consigo la entrada en vigor de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

En el contexto del primer aniversario de aquella reforma, Acuña Llamas expone sus prioridades, su sentir sobre la adaptación a la inédita normatividad, la instauración de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), el proceso para el establecimiento del Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (SIPOT) y el apoyo institucional al Sistema Nacional Anticorrupción, entre otros temas.

Tareas

De entrada, Francisco Javier Acuña declara su aprecio por el apoyo que recibió para el nombramiento, al declararse “fortalecido por el respaldo de mis compañeros comisionados, que tomaron la decisión y sumaron su esperanza y confianza en mí”.

—Estamos a un año de la implementación de la Ley Federal de Transparencia…

—Sí, la adaptación es un proceso lento, pero en este caso ha sido vertiginoso. El país vive en el vértigo de asimilar nuevos procedimientos para nuestra formación democrática: tiene casi 40 años en una transformación democratizadora. Pero estos últimos diez años se han venido asentando y sedimentando reformas constitucionales de gran calado, a las que algunos denominan de segunda y de tercera intensidad. Y el INAI es parte del elenco de esas instituciones que han venido a ser referenciales de los nuevos momentos democráticos de México.

Agrega que la que preside es “una institución creada, por un lado, para abrir todos los espacios que normalmente se consideraban opacos o reservados al ciudadano; y, por otro, para resolver un dilema que permanentemente pesa en nuestras espaldas como comisionados: saber cómo proteger la privacidad de los ciudadanos en general y hasta de los funcionarios públicos, que también tenemos ángulos de privacidad”.

El INAI es entonces, puntualiza, “una institución que tiene un sí/no ambivalente, aparentemente o complejo: por un lado la apertura informativa a tope, hasta donde se pueda, y por otro la privacidad a través de los datos personales”.

Sobre la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) expone que resulta “una hazaña tecnológica. Fue recibida con apreciaciones y observaciones porque se interpretaron incidencias, pero es un diseño de hazaña grande. Poner una PNT fue una ambiciosa medida que tomamos los siete comisionados, que consentimos y aprobamos. Naturalmente nos ha costado algunos señalamientos y críticas, pero creo que analizando día con día fue una hazaña para sus efectos”.

Y expone: “La plataforma tiene datos que nos dejan a todos impresionados: 75 millones de registros al día de hoy subidos en ella, que son más de 900 millones de datos, a un instrumento tecnológico que tiene cuatro cuadrantes. Uno, todas las solicitudes de acceso a la información se canalizan a través de ella, de casi ocho mil sujetos obligados en todo el país. Dos, allí se pueden hacer todos los recursos de revisión, la molestia ciudadana, cuando alguna institución no le dio lo que pidió”.

El tercero, “que es el que más nos impacta, es la posibilidad de entrar ahí y navegar en todos los portales institucionales web de todas las instituciones públicas. Y cuarto, la conversación entre los órganos garantes de transparencia, entre los 33, incluido el INAI y los 32 de los estados, con diálogos para intercambiar consejos”.

Frutos

Estos cuatro cuadrantes “están caminando y la PNT está caminando, día a día incrementando miles hasta sumar millones y millones de datos”, asevera Acuña.

—¿Qué hay de la entrada en vigor del Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia?

—La nota general es bastante buena. Afortunadamente no sucedió que instituciones en rebeldía hubiesen decidido no colocarse en el deber de subir su información. Todas la subieron, lo mucho y lo más que pudieron. Esto no lo digo disculpando a nadie, porque el deber era subirlo todo, pero el problema es que asimilar el impacto real de 17 obligaciones a 48 comunes es un ejercicio para Ripley, porque implicó que las instituciones en muy poco tiempo sacáramos debajo de la manga ayuda para poner un ejército interno de colaboradores a subir la información. Hubo, yo lo decía, ¡carga de pánico de la información! El registro de los últimos días previos al 4 de mayo, que era el tope, nos mostró que la PNT funciona bien, porque a pesar de que millones de registros de cargas se dieron a última hora, miles y miles de usuarios ya están consultándola y entrando en ella.

Entonces, agrega, “fue un ejercicio fuera de lo convencional. Fue un reto que la verdad los señores legisladores quizá no lo dimensionaron en su exacta proporción, porque nos pusieron a todas la instancias públicas en una vaca pinta. Me refiero a una experiencia arriesgada, que afortunadamente, con razonable objetividad, puedo decir que se está cumpliendo bien. Sí hay instancias que evidencian retrasos, rezagos, faltantes… pero son las menos, y son muy pocas proporcionalmente. No encuentro hasta ahorita un reporte alarmante, que nos pueda hacer decir lo contrario”.

Sin embargo, menciona, “estamos, eso sí, poniendo un ejemplo en términos coloquiales sacando hasta de las mangas con ingenio y la capacidad que tenemos de recibir la información. En estos últimos meses el INAI estuvo auspiciando, subiendo, guiando, directamente por Skype, vía telefónica, por cualquiera de los medios, a todos en las oficinas públicas que nos hablaban apurados: ‘No pudimos subir esto’, ‘El formato tal no lo entendemos’, ‘Aquel otro está complicado’, ‘No sabíamos que existía’. ¡Y les contestábamos!: ‘Mira, hazle así’ o ‘Fue aprobado de tal manera...’ Todos nos estamos adaptando a cumplir y eso es lo que importa”.

Sin duda, puntualiza, “hay una inercia favorable al cumplimiento. Y eso habla de que la democracia es posible y viable cuando las exigencias que la ley impone se pueden llevar a cabo”.

—¿Pero habrá resquicios informativos?

—Nunca serán exactas las normas, porque ni en las matemáticas dan el diez perfecto en los procedimientos, siempre la parte humana pone el elemento vital que hace que una cosa esté como debe quedar. Pero en términos muy favorables, hay que reconocer y comunicar que el funcionariado del país, en lo que cabe a nivel nacional, me refiero a federales, estatales y municipales, está haciendo un verdadero y ejemplar esfuerzo por subir la información. ¡Y es que nunca en el pasado fuimos enseñados ni construidos en la imaginación de exponer y explicar tanto de lo que hacemos! Los funcionarios mexicanos no fuimos educados en esa lógica, estamos ingresando en ella desde hace apenas unos años y asimilándolo.

—¿Deben los ciudadanos sentirse satisfechos con la información que ahí se publica?

—Es importante lo que dices, porque la ciudadanía debe saber que la PNT se transformará en un monumento informacional. Es un enorme conglomerado de información de todos los sujetos obligados del país con diferencia de las bases de datos convencionales como las del SAT, el INE o el IMSS. Aquí es información de un sujeto obligado respecto de lo que le toca hacer. La diferencia de la PNT es que es una plataforma de plataformas, que a su vez por milagros de la informática, por la capacidad de las fórmulas de la telemática, hace que aglutine los links o ligas que llevan de inmediato a un enorme compendio de páginas de todas las instituciones públicas. Esto debería servir para que jóvenes y niños puedan aquilatar los temas de la informática. La PNT es una hazaña informática.

Y remata: “Es una proeza tecnológica que nosotros queremos y debemos cuidar y preservar. Y desde luego corregir cualquier falla. Pero realmente el reporte de la PNT muestra que funciona, es muy favorable y en lo básico exitoso”.

Corrupción

—Hemos visto casos de corrupción desmedidos. ¿Qué aporta el INAI frente a esta situación?

—El compromiso, todos los deberes, limitados por el hecho de que no somos fiscales de corrupción. Pero somos, eso sí, integrantes del Sistema Nacional de Transparencia, somos los que ponen la ventana más grande para que por ella se reflejen la mayor parte de las conductas públicas, no en tiempo real sino a través de los registros. Por esa razón el INAI e institutos locales similares somos una especie de observatorio con muchos telescopios y microscopios para vislumbrar la gestión pública, para que el ciudadano se acomode y se acerque al lente de la cámara y pueda focalizar en cada institución gastos, procedimientos, abusos u omisiones.

E insiste: “Pero no somos una fiscalía; para eso existe el Sistema Nacional Anticorrupción, donde ahí sí el INAI tiene una silla y ahí vamos a jugar un papel muy respetuoso con las demás instituciones. El programa apenas se definirá y ahí tendremos que ser constantes y útiles”.

—¿Ve viable el proyecto?

—El Sistema Nacional Anticorrupción es la instancia más novedosa del mundo. México con eso está, la verdad, llamando otra vez poderosamente la atención en la comunidad internacional. Primero lo hizo con la cuestión de lo electoral, luego con la de transparencia y ahora lo hace con el Sistema Nacional Anticorrupción. Es una apuesta a la modernidad democrática, sí, pero si no se consigue lo que hemos venido diciendo en estos días, que necesitamos una Ley General de Archivos a la medida de las necesidades de este país, el gran impulso del Sistema Nacional Anticorrupción con el Sistema Nacional de Transparencia pueden quedar sin concreción, sin ser verdaderamente útiles, como se pretendía cuando se echaron a andar.

—¿Hay pendientes aún en materia de reformas?

—Siempre. Todas las instituciones son dinámicas. La dialéctica del avance siempre genera oportunidades de mejorar y oportunidades de presidir o avanzar en trámites o experiencias que no pudieran ser las mejores. Muchos pendientes. Siempre es corto el presupuesto que hay para una institución que tiene tantos retos. Pero el gran pendiente en este momento son los datos personales. Ese es el dilema que urge resolver, que nuestras sinergias institucionales se vuelquen para respaldar respetuosamente por todo el país a los legisladores locales para que se legislen antes del 27 de julio las leyes locales de datos personales, a fin de cumplir con lo que el constituyente exigió. La armonización general de datos personales es también una legislación que tiene impactos grandes y que modificará sustancialmente la manera en que se hace gobierno. Y ellos tendrán que tomar en cuenta el valor de los datos personales de sus usuarios, enjuiciados, proveedores, visitantes… de toda la población con la que tratan.

Útiles

—Desde la antesala del antiguo IFAI con el Grupo Oaxaca, hasta nuestros días con este nuevo INAI, ¿cómo ve la cultura de la transparencia en México?

—Está permeando. Dentro de la ciudadanía los jóvenes son los que hacen las mayores y más audaces preguntas o reclamos informativos. Luego, los académicos, medios de comunicación, asociaciones civiles y empresarios son los que más realizan solicitudes de información. Hace un año, el Poder Judicial de la Federación era el que más solicitudes recibía. Hoy vuelve a ser el Ejecutivo federal en su zona de gobierno centralizado, las secretarías de Estado y especialmente la administración paraestatal.

—¿Qué quiere decir esto?

—Que hay una dinámica de movimiento y la ciudadanía realiza solicitudes muy puntuales de información, sobre todo para tomar mejores decisiones. Ahora el INAI hace un esfuerzo enorme con los medios que tenemos, que siempre serán pocos en un país que tiene apremios y austeridad. Aunque quisiéramos llegar de mejor manera para garantizarle su derecho a saber, para respaldarlos ante la impotencia que pueda provocar alguna institución al negarles información. Que perseveren en las solicitudes que hacen. Queremos que nos sientan confiables y útiles para la democracia del país.

Número de solicitudes

De enero a marzo pasados aumentó más de 100% la cifra de pedidos de información y de protección de datos personales presentadas a sujetos obligados del ámbito federal, en comparación con el mismo periodo de 2016.

En el primer trimestre de 2016 se presentaron 39 mil 52 solicitudes; este año se han presentado 80 mil 688 solicitudes.

De ellas, 68 mil 862 en materia de acceso a la información pública y once mil 826 respecto de protección de datos personales.

Perfil del solicitante

Académico, 13 mil 389.

Empresarial, ocho mil 65.

Medios de comunicación, cuatro mil 863.

Por rango de edad

Menores de 18 años, 20 mil 145.

Jóvenes de entre 20 y 29 años, 16 mil 628.

Adultos de 30 a 39 años, diez mil 923.

Por nivel educativo

Personas con licenciatura, 22 mil 703.

Personas con posgrado, diez mil 173.

Personas con bachillerato, cuatro mil 248.

Solicitudes por sujetos obligados

Administración Pública Centralizada, 30 mil 682.

Administración Pública Paraestatal del Poder Ejecutivo Federal, 26 mil 699.

Fideicomisos y fondos públicos, siete mil 361.

Organismos autónomos, tres mil 141.

Poder Judicial de la Federación, dosmil 166.

Sindicatos, dos mil 95.

Empresas productivas del Estado, mil 990.

Empresas productivas subsidiarias de Pemex, mil 698.

Partidos políticos, mil 478.

Poder Legislativo, mil 412.

Organismos integrados por representantes del gobierno federal, de los trabajadores y de los patrones, 789.

Instituciones de educación superior autónomas, 715.

Tribunales administrativos, 462.

Fuente: INAI

SIPOT

El pasado 5 de mayo inició una segunda etapa de la PNT con la puesta en marcha del Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia. Este módulo concentrará toda la información que por ley los más de ocho mil sujetos obligados deben publicar y mantener actualizada. A la fecha van más de 76 millones de registros, que equivalen a más de 900 millones de datosaproximadamente.

Fuente: INAI

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