Presenta la CNDH un informe sobre el caso Iguala

Narra los hechos en el caso del estudiante Julio César Mondragón

CNDH
Foto: NTX
Ricardo Pérez Valencia
Nacional
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La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) rindió un informe sobre los resultados del peritaje que realizó respecto de la muerte del normalista Julio César Mondragón Montes, en el que concluyó que el joven murió por un traumatismo craneoencefálico y no hay evidencia de que haya sido desollado.

En conferencia de prensa, el organismo detalló que Julio César Mondragón no fue asesinado por un arma de fuego.

El cadáver del normalista fue hallado boca arriba con los huesos de la cara expuestos en una calle de terracería tras los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

Señaló que la pérdida de la piel fue a causa de la fauna del lugar, no de manera intencional por acción humana.

La CNDH refirió que antes de morir a Julio le provocaron fracturas en ocho huesos del cráneo y en 13 de la cara y en el tórax. En total, su cuerpo presentó 64 fracturas en 40 huesos de cráneo, cara, tórax y columna vertebral, lo que indica, dijo, que realizó maniobras de defensa.

El organismo dijo que en el lugar del hallazgo del cadáver se detectaron algunas imprecisiones, que van desde las últimas horas en que Mondragón fue visto hasta la diligencias realizadas por los peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) quienes, señaló, fueron omisos en algunos detalles.

El cuerpo de Julio César Mondragón fue exhumado de un panteón de Tecomatlanel, en Tenancingo, Estado de México, el pasado 4 de noviembre por petición de los familiares.

En la diligencia estuvo presente el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), así como peritos de la PGR y la CNDH.

José T. Larrieta Carrasco, titular de la oficina especial para el caso Iguala, detalló que el estudiante Julio César Mondragón sí estaba con los normalistas desaparecidos: se le vio en la terminal camionera y fuera de la central.

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