69 años después el diario de un soldado por fin llegó a su destino

Laura Mae Davis encontró el diario del soldado Thomas “Cotton” Jones su novio de la secundaria, en el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial.

Laura Mae Davis encontró el diario del soldado Thomas Cotton, su novio de la secundaria, quien queria que ella conservara su diario
Foto: Internet
Política
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Antes de que el cabo Thomas “Cotton” Jones fuera muerto por un francotirador japonés en el Pacífico Sur en 1944, escribió lo que llamó su "última voluntad” a quien encontrara su diario: que por favor se lo dieran a Laura Mae Davis, la chica que amaba.

Davis leyó el diario casi 70 años después, cuando lo vio exhibido en una vitrina del Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial.

“No tenía ni idea de que hubiera un diario allí", dijo la mujer de Mooresville, Indiana, de 90 años de edad. Los ojos se le llenaron de lágrimas al verlo.

Laura Mae Davis Burlingame, fue al museo de Nueva Orleáns el 24 de abril para ver si había algún recuerdo del joven infante de Marina que había sido su enamorado en la secundaria.

El curador Eric Rivet le permitió echarle un vistazo al diario, utilizando guantes blancos para proteger los viejos papeles de la grasa de la piel.

El era jugador de baloncesto y yo porrista”, dijo Davis.

Habían salido juntos durante la secundaria y asistieron como pareja al baile de graduación.

Escribió sus primeras líneas en el diario cuando era soldado raso en Camp Elliott en San Diego, poco menos de un año antes de que muriera.

Lo describió como “la historia de mi vida en mi paso por el Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos... Y sobre todo mi amor por Laura Mae, de la cual mi corazón está completamente lleno. Así que si tienen la oportunidad, por favor devuélvanselo a ella. Escribo esto como mi última voluntad”.

Jones murió el 17 de septiembre de 1944 a consecuencia de una bala disparada por un francotirador que le atravesó la frente en el tercer día del asalto de Estados Unidos a Peleliu, una isla del archipiélago de Palaos en el Pacífico.

Una fotografía de ella cubre casi toda la contraportada del diario. La imagen en sí es en blanco y negro, pero el fotógrafo pintó sus mejillas de color rosa y sus labios de color rojo oscuro.

Ella se lo había dedicado: “Con amor, Laurie”.

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