Las fuerzas del régimen sirio, con apoyo aéreo de Rusia, recuperaron hoy la histórica ciudad de Palmira, que estaba en manos del Estado Islámico (EI), tras días de intensos combates en los que unos 400 yihadistas murieron, según medios sirios.
El mando del Ejército sirio anunció la reconquista de Palmira, lo que significa el “principio del fin del EI”, mientras el presidente Bashar al Assad la consideró un logro importante y una evidencia de la eficacia de la estrategia que usa en la guerra contra el terrorismo.
El Ejército sirio, apoyado por la aviación rusa y el grupo chiita libanés Hezbolá, arrebató al EI la ciudad de Palmira, en el marco de una ofensiva en la que las autoridades aseguran que han recuperado ya el 80 por ciento de esa ciudad, reportó la agencia siria de noticias SANA.
Se trata de la victoria más importante del régimen de Al Assad frente al grupo yihadista desde que Rusia, aliado del presidente sirio, entró en el conflicto lanzando ataques aéreos contra los terroristas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres pero que cuenta con una amplia red de activistas en Siria, confirmó que la mayoría de los yihadistas se retiraron del área, aunque se registran algunas escaramuzas en la parte oriental de Palmira.
La recuperación de Palmira fue posible en parte a los bombardeos rusos, que mataron a más de un centenar de combatientes y destruyeron 158 instalaciones en las últimas 24 horas, según el Ministerio ruso de Defensa.
Palmira, situada en la provincia de Homs, había caído en manos del EI el pasado 20 de mayo y desde entonces había dinamitado tres torres funerarias del siglo I D.C. -el templo de Bel, el templo de Bal Shamin y el arco del triunfo-.
Las autoridades sirias, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), planean restaurar los monumentos dinamitados por los yihadistas, anunció el director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdelkarim.
Situada en un oasis, Palmira fue en el pasado uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
Palmira no solo es importante por sus ruinas, sino también por su ubicación estratégica, ya que sirve de enlace entre la provincia siria de Deir Azzor —uno de los bastiones de EI— e Irak con los alrededores de Damasco.
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