El avión Solar Impulse 2, impulsado por energías renovables, despegó hoy desde Nueva York para cruzar el Atlántico, en la décimo quinta etapa de una inédita vuelta al mundo con el Sol como único combustible, para aterrizar en cuatro días más en Sevilla, España.
El príncipe Alberto de Mónaco dio desde el principado en Nueva York, donde se encuentra el centro de control de operaciones de la travesía, luz verde al piloto suizo Bertrand Piccard para que despegara desde el aeropuerto John F. Kennedy.
“Heme aquí, solo durante cuatro días sobre el Atlántico, sin una gota de gasolina”, escribió el aventurero Piccard en Twitter momentos antes de despegar.
El piloto suizo, de 58 años, se alterna con su compatriota André Borschberg, de 63, al mando de Solar Impulse 2, un monoplaza de cuatro hélices movidas por la energía suministrada por sus 17 mil células fotovoltaicas instaladas en sus alas.
“Esta vez estoy yo en la cabina, pero volamos juntos”, dijo Piccard a su copiloto antes de subirse a su “avión de papel”. El aparato sólo puede transportar a un tripulante.
No más pesado que un automóvil y con una envergadura de 72 metros similar a un Jumbo 747, el avión atraviesa los cielos a una velocidad que generalmente no excede los 50 kilómetros por hora, pero que puede duplicarse con una exposición directa al Sol.