La semana pasada, el gobierno de Corea del Norte propuso a su contraparte del Sur llevar a cabo charlas para aliviar la tensión entre ambas naciones. El sorpresivo acto fue aceptado por los Surcoreanos y el pasado domingo se llevó a cabo una reunión en Panmunjon, ciudad donde se firmaron los acuerdos que terminarían la guerra de Corea en 1953.
La reunión entre ambos gobiernos duró 17 horas y la resolución final fue la de sentar las bases para una junta de oficiales de mayor rango en el transcurso de esta semana. La junta se llevaría a cabo en la ciudad de Seúl miércoles y jueves, y habría sido la primera vez en seis años que oficiales de alto rango de estas naciones entablaran el dialogo.
La susodicha reunión se desmoronó el martes cuando los Norcoreanos determinaron que el oficial que representaría a Corea del Sur, el ministro de unificación Ryoo Kihl-jae, no estaba a la altura de Kim Yang-gon, secretario del partido del trabajo.
Corea del Norte dijo que la intención de la reunión era discutir la reapertura de un parque industrial conjunto en la región de Kaesong y la posibilidad de realizar tours a través de las fronteras para reunir familias separadas por la guerra de Corea en la década de los 50.
El parque industrial de Kaesong fue realizado en un esfuerzo por mejorar la relación inter-coreana durante los años 1998 a 2008, pero en abril de este año Corea del Norte ordenó la retirada de sus 53,000 trabajadores por la creciente tensión militar.
La estrategia de “Trustpolitik” del presidente surcoreano Park Geun-hye pretende construir una relación de confianza entre ambos gobiernos, y aunque considera que recomenzar las labores del complejo comercial como si nada hubiese pasado no es una opción, mencionó que está interesado en realizar pequeños proyectos cooperativos, que de funcionar de forma correcta, podrán dar lugar a otros más ambiciosos en el futuro.
Las pláticas pretendían liberar las tensiones entre ambas naciones y con suerte fomentar la cooperación. Estas no se han logrado concretar y eso nos habla de una situación aún compleja en la región.