En China, en la reunión del Grupo de los 20 (G-20), el presidente de Brasil, Michel Temer, prometió que el gigante sudamericano volverá a crecer gracias a las reformas y anunció la puesta en marcha en breve de un plan para privatizar bienes públicos y crear concesiones.
En Brasil “el desafío económico más urgente es el orden fiscal. Nuestro objetivo principal es promover el ajuste estructural del gasto público en un horizonte a 20 años”, indicó en el foro que reunió al mayor país de América Latina con Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS).
El encuentro tuvo lugar en el marco de la cumbre del G-20, que se celebró en la ciudad china de Hangzhou y que reunió a grandes países industrializados y emergentes.
En una conferencia de prensa posterior, Michel Temer también adelantó que anunciará en breve su plan de privatizaciones y concesiones, una de las medidas para intentar ajustar el presupuesto y sacar a Brasil de su peor recesión en décadas.
“El plan tiene dos vertientes. La primera es la privatización y la otra son las concesiones. Creamos un órgano especial para llevar a cabo las concesiones y las anunciaremos el día 13 de septiembre”, agregó.
El mandatario brasileño realizó en China su primera misión internacional, a donde viajó el miércoles, poco después de jurar su cargo como jefe de Estado. Horas antes, el Senado había destituido a Dilma Rousseff, poniendo fin a nueve meses de un proceso de impeachment que se entrelazó con la crisis económica.
La mayor economía de Latinoamérica cerró 2015 con una recesión de 3.8% y este año se encamina a una contracción similar, mientras la inflación está lejos de la meta fijada y aumenta el desempleo.
Temer ha insistido en que el foco de su gobierno, que se extenderá hasta finales de 2018, será reactivar la economía y sanear los enormes números rojos en las cuentas públicas, un horizonte en el que dijo atisbar ya señales positivas.
“Los indicadores de confianza, tanto en la agricultura como en la industria, han crecido enormemente. La confianza está creciendo, y cuando crece la confianza, el empleo comienza a subir”, afirmó.
Temer también confía en el apoyo del Congreso para sus reformas, a pesar de su gran fragmentación y de las secuelas de meses de lucha abierta por el poder y espera, en particular, llevar adelante su proyecto para poner un techo al gasto público.