Elementos de la policía de España, Suecia y República Checa desarticularon una red europea que producía pornografía infantil y la distribuía por Internet.
Hasta el momento se tiene registro de unos 40 menores de edad, víctimas de la red. Según autoridades españolas, en la operación se detuvieron a siete personas en los tres países.
La investigación comenzó en Estocolmo al descubrir a una persona que distribuía pornografía infantil. De allí se vinculó a un español que hizo transacciones económicas y consultó páginas con dicho contenido.
El papel del español era de seleccionar a las víctimas y elegir la ropa que vestirían en las sesiones fotográficas, así como dar instrucciones sobre las poses y conductas sexuales que debían realizar las menores.
La policía indicó que el material producido se vendía por un precio que oscilaba entre los 324 y 432 dólares.