La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expresó su “absoluta inconformidad” con la intervención de la policía para llevar a declarar al ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva y negó toda acusación de corrupción contra su gobierno.
En una alocución en el presidencial Palacio de Planalto, acompañada por la plana mayor de su gabinete, Rousseff recordó que Lula “ya compareció varias veces” ante la policía cuando fue requerido por lo que era suficiente con notificarle que debía presentarse.
Lula y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) criticaron la medida del juez Sergio Moro de autorizar la “conducción coercitiva” (una especie de arresto para llevar a declarar) del ex mandatario este viernes por la mañana.
Moro encabeza la investigación sobre supuesta corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Sin embargo, el magistrado argumentó que la medida fue necesaria para evitar movilizaciones populares que podrían desembocar en violencia el día de la eventual citación de Lula para declarar, como ya ocurrió en ocasiones pasadas.
La mandataria negó cualquier responsabilidad en operaciones de dudosa legalidad por parte de la petrolera estatal, a pesar de que ella dirigió el consejo de administración de la empresa durante parte del periodo investigado.