En apenas dos meses El Vaticano se ha convertido en centro de atracción a miles de personas que han decidido viajar a Roma para asistir a las ceremonias del nuevo Papa, un fenómeno acuñado como “efecto Francisco”.
La elección del primer pontíficelatinoamericano de la historia ha despertado el entusiasmo en Europa y más allá de sus fronteras, especialmente por la personalidad cercana a la gente y austera de Jorge Mario Bergoglio, quien hasta el 13 de marzo era el arzobispo de Buenos Aires.
Se trata de un fenómeno que se manifiesta de muy diversas maneras; en primer lugar en El Vaticano donde se ha visto un drástico aumento en el número de participantes a las actividades públicas del líder católico.
Cada miércoles por la mañana la Plaza de San Pedro está a reventar durante la audiencia general del pontífice, que recibe un promedio de 80 mil personas cada vez. Algo similar ha ocurrido en los rezos del Angelus y el Regina Coeli, las oraciones del mediodía.
La afluencia de turistas, curiosos y fieles en general ha desbordado a la capital italiana, que se ha visto prácticamente invadida por el caos vehicular.