Los líderes del Grupo de los 20 (G-20) no lograron alcanzar una posición común respecto una acción militar en Siria.
Durante el debate sobre Siria que se realizó durante la cumbre del G-20, los jefes de Estado y de gobierno de Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudita, España, Turquía y Reino Unido emitieron una declaración conjunta en la cual piden una “fuerte respuesta” sobre Siria.
Desde Damasco el Parlamento sirio pidió al Congreso estadunidense que bloqueé cualquier acción militar.
El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama argumentó que existe consenso en la comunidad internacional sobre la autoría de los ataques químicos perpetrados en ese país.
“No es conveniente lanzar una intervención en Siria, pero sí es necesario”, sostuvo el jefe de la Casa Blanca al defender una operación militar limitada y dirigida, sin tropas en el terreno, la cual se votará en el Congreso estadunidense la próxima semana.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, reiteró su oposición a cualquier ataque de Estados Unidos contra Damasco y señaló que una intervención militar sólo se justificaría si es autorizada por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además, aseguró que Rusia apoyará a Siria ante cualquier ataque, pues de llevarse a cabo la región podría desestabilizarse.
El titular del Kremlin reiteró que el uso de armas químicas en Siria es “una provocación por parte de los rebeldes, que están esperando conseguir apoyo del exterior”.
El presidente francés Francois Hollande, señaló que su país esperará el informe de los inspectores de armas de la ONU antes de tomar una decisión sobre la acción militar.
Las conclusiones de los inspectores se darán a conocer hasta el próximo 15 de septiembre, aunque señaló que el reporte estará limitado ya que confirmará el uso de armas químicas pero no identificará a quienes las utilizaron.
El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, explicó que no se puede actuar en Siria con base en la ONU debido al veto de Rusia y que la comunidad internacional no puede quedarse paralizada por un probable veto ruso, ya que muchos países apoyan la intervención.
En el marco de la cumbre, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, dijo que ningún Estado puede tomar la ley en sus manos y conducir una acción militar contra Siria sin la aprobación del Consejo de Seguridad.