Los demócratas no ganan una elección en Texas desde hace 2 décadas y lo atribuyen a la apatía de los votantes de ese partido más que a una hegemonía republicana en el estado. La misión de movilizar la base demócrata recae en Gilberto Hinojosa, el primer presidente del Partido Demócrata de Texas de origen hispano.
Hinojosa, quien es hijo de inmigrantes mexicanos, dice que ha recorrido el estado desde su elección hace un año y que comprobó que la mitad de las organizaciones locales del partido casi no funcionan. Su meta, indicó, es darles nueva vida.
El gran problema del partido en las últimas décadas fue que no pudo movilizar a su base, formada por hispanos, afroestadounidenses y liberales, que constituyen la mayoría de los texanos, según Hinojosa. El líder hispano recordó lo que dijo el estratega demócrata Paul Bengala que Texas no es necesariamente un estado republicano, sino un estado cuya población no vota.
Las organizaciones locales son las encargadas de concientizar a la gente, recaudar dinero y sacar a los votantes a la calle. Si no pueden reunir fondos y garantizar que un demócrata puede ganar una elección, ni siquiera los mejores candidatos tendrán la mínima posibilidad de salir airosos, afirmó Hinojosa.
“El principal problema de los últimos 20 años ha sido que no nos enfocamos en las organizaciones partidarias locales”, manifestó. Citó el ejemplo de la zona conocida como Panhandle, que abarca 26 condados en el norte del estado y donde la participación en los comicios ha sido “paupérrima”, según él.
El partido necesita una transformación, dice Hinojosa, que viene trabajando en eso desde que fue elegido presidente.3