El Ejército de Irak retomó este 27 de diciembre el control de la antigua sede del gobierno en la ciudad de Ramadi, el último bastión del Estado Islámico (EI) en capital de la provincia de Al Anbar, en el oeste del país.
Las fuerzas iraquíes ingresaron en la sede del gobierno de Ramadi después de varios días de combates con los yihadistas, que utilizaban la instalación gubernamental para resistir a la ofensiva del Ejército iraquí, informaron fuentes castrenses.
Durante la recuperación del centro de Ramadi, los soldados tuvieron primero que matar a francotiradores del EI apostados en edificios estratégicos y luego desactivar numerosas bombas que los yihadistas escondieron por la ciudad.
Hasta ahora no está claro cuántos combatientes y civiles fallecieron en los combates por el control de la ciudad, pero los cálculos más moderados sostienen que más de 100, aunque podrían ser más ya que muchas familias no pudieron evacuar la ciudad antes de la ofensiva por miedo a ser atacados por yihadistas.
El grupo yihadista, que tomó gran parte de Irak en junio de 2014, aún controla mucho territorio dentro de Al Anbar, que es la provincia más grande de Irak y limita con Siria, Jordania y Arabia Saudita.
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