“IRÁN NO BUSCA UNA GUERRA CON EU”

El diplomático advierte que las políticas implementadas por Donald Trump son peligrosas.

Foto: Especial
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Redacción
Política
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Por Claudia Luna Palencia

Irán es una de las grandes cunas de la cultura milenaria que ha impactado para bien a la evolución de la civilización con su arte, sus inventos y el fomento de la sabiduría.

Su majestuosidad ha provocado disputas históricas y no ha estado exenta de conflictos en décadas recientes, considerada la nación persa protagonista relevante en la región de Oriente Medio y Asia Occidental.

Hace cientos de años el aclamado poeta persa Ferdousí escribía odas de paz, amor y ensoñación, relatos de pundonor: “He consolidado con versos un alto palacio, que no será derribado por lluvias ni tormentas”.

Acaso un presagio de esa historia entretejida a fuerza de permanecer fiel al carácter a lo largo de los siglos y de enfrentar amenazas y asonadas enemigas como acontece en la actualidad con la nueva algarada entre Estados Unidos e Irán.

No es fácil el camino, y aunque tradicionalmente son un pueblo de paz también “sabemos defendernos”, subraya Hassan Ghashghavi, embajador de la República Islámica de Irán en España.

En entrevista exclusiva para Vértigo en la sede de la nación persa aquí, en Madrid, el diplomático advierte que las políticas implementadas por el mandatario estadunidense Donald Trump son “peligrosas”.

Hablamos, dice, “de políticas constatadas como su salida del Acuerdo del Clima de París; el abandono de la UNESCO; sus políticas fronterizas en su relación con México; también sus políticas con los inmigrantes y otras que impone con los aranceles aduaneros en su relación con Europa o con China; y, por supuesto, sus políticas contra Corea del Norte y desde luego con Irán”.

Al menos en Irán las sanciones impuestas provocan que el crecimiento económico sea negativo; el hilo, agrega el diplomático persa, se ha doblado “aunque no se ha roto” debido a las intimidaciones desde Washington.

—EU e Irán llevan largos años enemistados…

—Si queremos hablar de los acontecimientos entre las relaciones de Irán y EU tenemos que volver al inicio de la Revolución Islámica o incluso a años anteriores a ella. En la etapa más reciente tenemos que enfocarnos en la salida unilateral del presidente Trump del Acuerdo Nuclear; como se sabe bien el acuerdo se consiguió después de doce años de negociaciones entre Irán y el grupo de países 5+1, entre los que se encontraba el propio EU. En esas negociaciones estuvieron presentes por parte de la Unión Europea (UE) el señor Javier Solana y Catherine Ashton e igualmente Federica Mogherini; el Acuerdo Nuclear lo avalaron tanto la comunidad internacional como una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, la resolución 2231, y todo el mundo, incluyendo Europa y EU, lo apoyaron.

A ello, esgrime Ghashghavi, se ha añadido “la herramienta más dura” empleada por Trump en contra de Irán, como son las sanciones porque implican una presión económica adicional.

“Y lo último ha sido el asesinato del general Qasem Soleimani, un acto cobarde que nadie duda en condenar como una violación de la soberanía nacional de Irak, así como del derecho internacional; un acto totalmente ilegal”, defiende categórico.

Los hechos perpetrados el pasado 3 de enero, recién iniciado el año, tuvieron epicentro en el Aeropuerto de Bagdad con una serie de drones ejecutando un ataque estratégico ordenado por el Pentágono contra el comandante de la fuerza de élite Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní; una acción que cobró la vida de Soleimani y de otras nueve personas más.

La represalia del régimen iraní —como respuesta al asesinato de su general— aconteció en la madrugada del 8 de enero con sendos misiles contra dos bases aéreas norteamericanas, la de Ain Al-Asad ubicada en Ambar y la base Balad en la región kurda.

La llamada “operación mártir Soleimani” dejó 50 soldados estadunidenses con lesiones y conmociones cerebrales, que el propio Trump terminó reconociendo como cifras reales después de la difusión de la prensa internacional de los daños provocados por la respuesta iraní.

Vértigo buscó en Madrid una entrevista con Duke Buchanan, embajador de EU en España, para contrastar su punto de vista pero el Departamento de Prensa de la sede diplomática informó que “en este momento” el embajador no concede entrevistas.

Política de tú por tú

El mundo y sus relaciones internacionales requieren de un diálogo y no de un monólogo, destaca Ghashghavi al referir que después de la reacción iraní atacando posiciones norteamericanas Trump dio una conferencia de prensa en la que mencionó que estaba “abierto para la paz”, pero decidió aumentar las sanciones contra la nación persa.

“Entonces no se puede conseguir la paz imponiendo una presión máxima e imponiendo sanciones económicas. En Irán tenemos un dicho que también lo hay en español: lo que nos ofrece Trump es un abrazo de oso”, remarca el experto diplomático.

—En México decimos que es la política del palo y de la zanahoria…

—De hecho existe el mismo término en persa: la política del palo y de la zanahoria. Imagínese si se trata de una zanahoria muy pequeña y de un palo muy grande.

—¿Cuál es la intención escondida detrás de todo este escenario que Trump se ha montado? ¿Dominar el Estrecho de Ormuz?

—En este momento lo único en que piensa Trump es en ganar las próximas elecciones presidenciales de su país; a él ni siquiera le interesan los propios estadunidenses.

Dentro del Partido Republicano, afirma el embajador de Irán, existe una minoría que no tiene mucha influencia y son gente que de verdad no quieren guerras, “no son guerreristas. Pero a la vez hay una mayoría dentro de este partido que sí son guerreristas; yo espero que el balance del gobierno de Trump les lleve a la sensatez para que entiendan que con las políticas de presión y de intimidación no se puede conseguir nada”.

Aunque Ghashghavi reconoce que hay un lobby poderoso —de las armas y de las energías fósiles— que avala y representa los intereses de Trump: “Por supuesto, es verdad, esos lobbies siempre han existido; yo no quiero entrar en los asuntos internos de la Unión Americana pero después de tantos crímenes registrados todas las semanas en EU usando dichas armas el presidente Trump sigue apoyando a la industria de las armas en su país; eso indica que lo único que le importa es reelegirse”.

—Sobre la relación de Irán con la Unión Europea, ¿no temen que pueda erosionarse con estas presiones desde Washington?

—Nosotros tenemos relaciones antiguas, históricas, con los países europeos. Esa relación data de tiempos en los que ni siquiera existía un país como para que se llamara Estados Unidos de América. Por ejemplo aquí en España hemos establecido relaciones diplomáticas ¡desde hace 400 años! Y hace 400 años fue que Irán y España intercambiaron embajadores por primera vez.

En sentido reflexivo el embajador Ghashghavi prosigue: “Con eso lo que quiero decir es que tanto nosotros como los europeos debemos pensar más en esas relaciones que son muy históricas, porque son relaciones entre la gente y entre culturas; aunque desde luego entendemos que Europa tiene una balanza comercial, con un intercambio enorme, con los estadunidenses… Pero no todo es comercio ni económico; para Trump se puede comprar todo con dinero: la política, las relaciones, la seguridad… Sabemos que el dinero tiene su valor pero no todo se puede conseguir con él”.

La guerra y la paz

Desde que arribó el presidente Trump a la Presidencia de su país el 20 de enero de 2017 tanto Corea del Norte como Irán se convirtieron en sus dianas favoritas; con el primero no ha logrado encontrar un punto de comunión para firmar un acuerdo de desarme nuclear; y con el segundo ya lo tenía signado como herencia de la administración de Barack Obama pero lo desechó bajo una serie de pretextos.

—¿Estamos al borde de una gran guerra?

—Hablando sobre una guerra amplia o una guerra mundial, que Dios no lo quiera, no creo que nadie esté buscando una ahora. Por lo menos hablo de nuestra parte. En Irán no somos gente de guerra, no estamos interesados en ella. Pero sí somos gente de defensa y cuando nos toque defendernos lo haremos contundentemente.

—Si se reelige Trump, ¿cómo podrán entenderse otros cuatros años más?

— Seguiremos haciendo lo que hemos hecho hasta ahora: si asesina a una autoridad iraní le responderemos como hemos respondido, atacando a una base militar de ellos; sin olvidar que antes que Trump el presidente anterior buscó otro rumbo con Irán y nosotros también le dimos la bienvenida a la idea y fuimos a negociaciones con EU y un grupo de países y llegamos a un acuerdo nuclear. Nosotros lo cumplimos. Hay 15 informes del Organismo Internacional de la Energía Atómica que avalan que Irán cumple con el acuerdo.

Ghashghavi refuerza su comentario tras advertir que siempre estarán a favor de un acuerdo pero que no dudarán en responder y en defenderse si ellos son atacados.

La paz es un bien muy preciado, aunque a veces parece un terrón de azúcar fácil de diluirse en agua hirviente; por eso es que nunca habrá esfuerzo pequeño para conservarla.

Lo sabe bien el presidente francés, Emmanuel Macron, quien intenta una y otra vez convertirse en una especie de guía y amigo de Trump para convencerlo —hacerlo entrar en razón— de no abandonar ni el Acuerdo de París a favor del clima ni mucho menos el Acuerdo Nuclear con Irán, que ya estaba entre otras cosas atrayendo dinero y empresas europeas en suelo persa.

Precisamente el embajador Ghashghavi luce una foto protocolaria con el delfín galo, testimonio del momento de la presentación de sus cartas credenciales porque también es embajador de Andorra.

—¿Estarían dispuestos a renegociar el acuerdo?

—Mucha gente, como Macron o el primer ministro japonés Shinzo Abe y autoridades de nuestra región, acudieron a hablar con nosotros para que fluyera un diálogo, una negociación entre las partes. El último dato fue en la pasada Asamblea General de la ONU, en Nueva York, donde dijimos a toda esa gente que estaba dispuesta a intermediar que sí estamos dispuestos a negociar dentro del marco del Acuerdo Nuclear y con todos los integrantes del mismo, esto es, con EU.

Se hizo tanto esfuerzo, recuerda el diplomático persa, por parte de Macron hablando con Hasan Rohani, presidente de la República Islámica de Irán, que “todos aceptaron negociar dentro del marco del acuerdo pero quien echó todo a perder fue el presidente Trump: él puso fin a todo ese esfuerzo”.

—A nadie queda duda en la aldea global de que Trump es políticamente inestable, y encima no hay mediadores que él respete.

—Justamente es por eso que cuando Trump dice que quiere negociar existen dudas en sus intenciones; uno no sabe qué entiende él por negociar. A veces entendemos que quiere una negociación para hablar solo él: parece que quiere un monólogo y no un diálogo. El tipo de negociación que busca Trump es una categoría que nadie conoce, donde no existe ni el dinero, ni el amor, ni nada…

El año pasado se volvió a desperdiciar otra oportunidad dorada para reflotar el acuerdo y una negociación. En Biarritz, durante la celebración del G-7, nuevamente Macron —anfitrión del evento— invitó a Mohamad Javad Zarif, ministro de Exteriores de Irán, para acercarse a hablar con los mandatarios allí reunidos y sus respectivos cancilleres; si bien Trump estuvo informado no mostró ningún interés, ni dio un siguiente paso para distender las relaciones. El golpe de efecto que busca en el caso de Corea del Norte no lo muestra para con Irán, país al que sigue señalando de acoger a terroristas y enriquecer uranio.

Hay tesis de que esta postura desde Washington es por un plan para reconfigurar el mapa de Oriente Medio: dividir varios países en protectorados. El presidente ruso, Vladimir Putin, lo ha denunciado para la situación de Siria.

—¿Qué opina al respecto?

—Aunque esos temas son especializados, no son nuevos. Durante la Presidencia de George W. Bush también se hablaba de un plan para el Gran Oriente Medio, un rediseño del mapa, cuando la secretaria de Defensa era Condoleezza Rice. Después con el proceso llamado de la Primavera Árabe también se intentó. Y ahora con los últimos acontecimientos parece que van a lo mismo: intentan dividir a los países violando su soberanía nacional y su integridad territorial.

En este sentido “en Irán decimos ‘divide y vencerás’. Hay que tener en cuenta que en todos los países existen diferencias étnicas, culturales, sociales, económicas, pero lo que está haciendo EU es convertirlas en terremotos que van a sacudir a todo el país”, finaliza Ghashghavi.

Retrato de Irán

De acuerdo con información del Factbook de la CIA la nación persa está formada por 84 millones 923 mil 314 habitantes. En su mayoría es una población joven: 48.94% está entre 25 y 54 años. Tienen una esperanza de vida de 74.5 años.

La economía es muy dependiente del petróleo. Su fuerza laboral la conforman 30.5 millones de personas. Su PIB en 2017 se ubicó en 1.64 trillones de dólares.

El PIB per cápita, con datos de 2017, se ubicó en 20 mil 100 dólares y la distribución sectorial en la generación de la riqueza tiene mayor peso en la industria con 35.3% y el sector servicios con 55%; el resto corresponde a los sectores agrícola, ganadero, silvícola y pesquero.

En sus relaciones con otros actores estratégicos como India, Rusia y China, Hassan Ghashghavi, embajador de Irán, explica que con los chinos “en algún momento nuestra balanza comercial alcanzó los 40 mil millones de dólares. Y con Rusia, por ejemplo, las relaciones económicas (desde siempre) no han sido muy amplias, habría quizá que ampliarlas; aunque las relaciones políticas y de aspectos regionales con Rusia están más fuertes que antes; una muestra es el proceso de Astaná, que busca la resolución pacífica del conflicto en Siria”.

Y con India, comenta el diplomático, la nación persa tiene muy buenas relaciones económicas: “De hecho estamos ante una gran inmersión conjunta —tanto de Irán como de India— al crear una zona franca en el puerto de la ciudad de Chabahar”.

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