Al ofrecer una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, aseveró que de concretarse el juicio político en el Congreso mediante el cual la oposición planea despojarla de su cargo impedirá la recuperación económica de esa nación, al tiempo de generar más inestabilidad política.
La Cámara de Diputados aprobó el domingo 17 el juicio político con fines de destituir a la primera mandataria de la mayor economía de Latinoamérica y ahora está en manos del Senado si se concreta o no, ante lo cual Rousseff asegura que “se trata de un golpe que rompe la base de la democracia”.
Sin esta, agregó, “Brasil no se transforma y no recuperamos la capacidad de impulsar el crecimiento económico. Para crecer y combatir la pobreza se necesita de estabilidad política”, afirmó.
La crisis económica que vive ese país, de acuerdo con su presidenta, ha sido agravada durante 15 meses de inestabilidad política generada por la oposición ante “las supuestas maniobras en los balances fiscales de mi gobierno, que no son otra cosa que prácticas contables utilizadas por anteriores administraciones”, dijo.
“Si la crisis económica fuese un argumento para sacar presidentes no habría ningún presidente en pie en los países desarrollados que enfrentaron crisis más graves y pérdidas de empleos mayores que las de Brasil”, señaló.