Por: Ángel Hernández y Arturo Moncada
Las elecciones primarias en Estados Unidos para la nominación de los candidatos presidenciales de los partidos Demócrata y Republicano se encuentran en un momento definitorio, justo cuando ha transcurrido poco menos de la mitad de los procesos internos.
El momento para definir candidato se acerca sobre todo del lado republicano, donde Donald Trump se mantiene al frente con amplia ventaja respecto de sus tres adversarios: Ted Cruz, Marco Rubio y John Kasich, a quienes supera con un importante número de delegados obtenidos.
Del lado demócrata, en cambio, aunque Hillary Clinton continúa al frente como gran favorita para obtener la candidatura presidencial, contra los pronósticos el senador por Vermont, Bernie Sanders, ha logrado mantenerse en la contienda al ganar donde no se le daban posibilidades de triunfo, como Michigan, mientras que en otros estados ha mantenido una lucha cerrada frente a la ex primera dama de Estados Unidos.
Este 15 de marzo estarán en disputa 5 estados clave: Florida, Illinois, Missouri, Carolina del Norte y Ohio, las encuestas de intención del voto mantienen como favorito a Trump del lado republicano, aun cuando el senador Ted Cruz ha logrado despuntar y se ubica en segundo lugar, por lo que se mantiene en la pelea y con posibilidades reales de competir por la nominación presidencial de su partido.

Crisis republicana
La fuerza electoral adquirida por Donald Trump a pesar de las expectativas negativas pronosticadas en un principio ha generado una severa crisis en el Partido Republicano: mientras que su discurso populista, racista y antiinmigrante ha logrado tener impacto en un amplio sector de simpatizantes republicanos, la dirigencia y los sectores ideológicos y tradicionales del partido ven con preocupación la posibilidad de que el millonario neoyorquino se apodere de la nominación presidencial.
Contra lo que pudiera esperarse, el Partido Republicano ha iniciado una campaña contra quien se vislumbra hasta este momento como el puntero para obtener la nominación presidencial de ese mismo partido, a sabiendas de que —como lo reflejan varias encuestas— Donald Trump perdería la Presidencia de la Unión Americana frente a Hillary Clinton.
Así, el objetivo republicano de regresar a la Casa Blanca después de ocho años se topa con un empresario millonario que logra capitalizar el descontento de varios sectores con la política económica y social del presidente Barack Obama y con la clase política estadunidense en general.
El gran dilema de los dirigentes republicanos es que parecen estar atrapados y obligados hasta ahora a aceptar a un personaje que, en su opinión, no encarna ni representa los valores y creencias del republicanismo estadunidense.
Los expertos coinciden en que todavía no se puede afirmar de manera categórica que Trump será el abanderado presidencial, ya que además de que necesita obtener el número de delegados necesarios para ser nominado (mil 237), todavía tendrá que esperar las deliberaciones y negociaciones durante la Convención Republicana que tendrá lugar en el mes de julio.
Delegados
Contra lo que se pensaba en un principio, el magnate inmobiliario ha logrado ganar no solo en estados con amplia población anglosajona sino también en entidades del norte, sur y con presencia de hispanos como Nevada, con lo que ha demostrado una gran aceptación que sorprende a analistas y observadores.
A unos días de otra jornada electoral determinante, como son las primarias y asambleas del 15 de marzo, Trump ha logrado obtener 460 delegados, lo que representa más del 30% del total de los 1,237 delegados que necesita en un principio para obtener la nominación presidencial.
Por su parte el senador Ted Cruz ha obtenido 360 delegados, que lo ubican en una segunda posición. Sus triunfos en Iowa, Alaska, Oklahoma, Texas, Kansas, Maine e Idaho le dan todavía posibilidades de disputarle a Trump la candidatura presidencial.
Por lo que hace a los otros dos aspirantes republicanos, el senador Marco Rubio ganó las primarias en Minnesota y Puerto Rico, por lo que tiene 163 delegados, mientras que el gobernador de Ohio, John Kasich, ha logrado 63.
Del lado demócrata, Hillary Clinton ganó en Mississippi, pero perdió en una reñida contienda en Michigan, donde el senador Bernie Sanders logró 50% de la votación contra 48% de la ex primera dama.
Clinton ha triunfado hasta ahora en 14 estados y ya alcanzó 767 delegados, lo que representa 51% de los 2 mil 383 que necesita para ganar la nominación presidencial.
Por su parte, el senador Sanders ha ganado nueve estados y tiene 553 delegados.

Todos contra Trump
No obstante que se mantiene arriba en la preferencia electoral, Donald Trump es visto con reservas y rechazo por un amplio sector de ese partido porque, de acuerdo con varias encuestas, simpatizantes y partidarios republicanos manifestaron no sentirse a gusto en caso de que el magnate inmobiliario gane la nominación presidencial.
Para el influyente diario The Washington Post el Partido Republicano contaba con dos semanas para tratar de “derribar” al multimillonario de Nueva York, en referencia a las primarias que tendrán lugar el 15 del presente mes, cuando cinco estados definan a sus candidatos a la nominación presidencial.
Luego de los resultados del supermartes del 1 de marzo, donde Trump se llevó la mayoría de los estados en disputa, el rotativo expuso que “no hay ninguna estrategia acordada para negarle al multimillonario de Nueva York la nominación presidencial republicana”.
De ahí que las asambleas y votaciones de este martes 15 serán determinantes: Florida es uno de los estados que más delegados reparte, con 99, y será una oportunidad para el senador Marco Rubio para ubicarse en una mejor posición como aspirante a la nominación presidencial.
Ese día también estarán en disputa los delegados de Ohio, de donde es originario el gobernador John Kasich, otro de los precandidatos a la candidatura presidencial republicana.
Los analistas en Estados Unidos consideran que el magnate inmobiliario todavía no tiene la nominación garantizada.
Lo cierto, hasta el momento, es que Trump ha conseguido 30% de los delegados, mismos que han sido repartidos de acuerdo con el porcentaje de votos recibidos, pero a partir del 15 de marzo cambia el método y el triunfador obtendrá la totalidad de los delegados.
Dilema
El escenario delineado por los analistas es que Donald Trump consiga los mil 237 delegados que necesita de un total de dos mil 472 para ganar la candidatura presidencial republicana.
Sin embargo, también existe la posibilidad de que el partido llegue a su convención de julio en Cleveland sin que ninguno de los candidatos tenga la mayoría de delegados, por lo que la decisión final recaería en el Consejo Electoral, en el que se usará un mecanismo en el que los delegados votarán primero por sus candidatos sin elegir un ganador, para posteriormente realizar otras rondas sin el compromiso de apoyar a su candidato inicial.
Es tal el dilema que enfrentan los republicanos, que personalidades, funcionarios y dirigentes de ese partido han manifestado públicamente que están dispuestos a votar por la que se perfila como candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, antes que apoyar a Trump.
Y si bien el millonario neoyorquino se mantiene arriba en las encuestas y en el número de estados ganados, los resultados empiezan a mostrar un escenario distinto en los próximos meses. De acuerdo con una encuesta de Wall Street Journal/NBC News, solo mantiene una reducida ventaja de tres puntos para la nominación presidencial.
Así, Trump es la mejor opción de 30% de los posibles votantes republicanos de las primarias a nivel nacional, en tanto que el senador de Texas, Ted Cruz, alcanza 27%, con el que estaría empatado técnicamente por el margen de error de la encuesta.
Subestimado
Iliana Rodríguez Santibáñez, profesora del Tecnológico de Monterrey, afirma que los republicanos subestimaron la popularidad que podría alcanzar Donald Trump y su capacidad para convencer a segmentos de la población estadunidense cansados de las políticas sociales que no han satisfecho sus demandas.
Recuerda que el multimillonario empezó a ganar elecciones primarias con un discurso y una retórica dura en contra de los migrantes, de la seguridad social y de la política exterior imperante.
La analista considera que los índices de popularidad alcanzados por Trump son importantes y los republicanos están básicamente obligados a continuar con él en la campaña si quieren tener una posibilidad de ganar rumbo a las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
“Lo que se ha observado desde que empezaron las primarias es que sigue ganando estados y se empieza a perfilar como un candidato sólido”, asevera.
Agrega que hubo un mal cálculo de la dirigencia republicana en su capacidad de apertura para aceptar a todos aquellos que consideraba que tenían aptitudes para poder llegar a la candidatura presidencial y tal vez pensaron que el senador Ted Cruz o Marco Rubio podían tener una mejor posición, lo que no ha pasado todavía, “pero puede cambiar este escenario”.
Rodríguez Santibáñez dice que hay temor hacia Trump no solo en Estados Unidos sino también a nivel internacional: “Sabemos bien cómo funciona la economía mundial y cómo cuando llega un determinado perfil a una economía desarrollada como la estadunidense —de la que dependen muchas otras economías— se dan fuertes impactos en los mercados. Es un temor legítimo por parte de los inversionistas y de las instituciones financieras internacionales”.
Respecto de la posibilidad de que Trump, en caso de ganar primero la nominación presidencial republicana y después la Presidencia de Estados Unidos, llevara a cabo todo lo que afirma que hará, la académica resalta que se está ignorando la importancia de la división de poderes en la Unión Americana, sobre todo del papel fundamental que juega el Congreso.
“Muchas de las políticas al interior de Estados Unidos no pueden ser realizadas por el presidente sin que haya la aprobación del propio Congreso. También se hace de lado que dentro de tres años cambiará un tercio de los integrantes del Senado, lo que constituye un equilibrio de poderes en la democracia estadunidense”, explica.



Nada decidido
Raquel Saed, investigadora del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, refiere a su vez que Donald Trump se ha convertido en una incógnita para el Partido Republicano, ya que no salió de sus filas y en la búsqueda de la candidatura presidencial se apropió de algunas ideas del partido para ganar adeptos.
“La élite del partido está muy preocupada porque, independientemente de que Trump esté defendiendo sus propios intereses, observan que si el millonario gana la nominación, al final perdería frente a Hillary Clinton o Bernie Sanders la contienda presidencial”, señala Saed.
Explica que el Partido Republicano está dividido por diferentes facciones, como el Tea Party, que aporta mucho dinero a diferentes candidatos con la bandera republicana; los grupos evangélicos, que también tienen mucho dinero y lo aportan a aspirantes como Ted Cruz; o el grupo de neoconservadores, que pertenece a la industria petrolera y estuvo muy activo en la administración de George Bush y de su hijo George W. Bush.
Raquel Saed destaca que, contra lo que opina una gran mayoría en el sentido de que Donald Trump ya puede darse como el virtual ganador de la nominación presidencial republicana, todavía falta tiempo para llegar a esa situación y pueden pasar muchas cosas: la primera de ellas este 15 de marzo, en que estarán en juego estados tan importantes como Florida, Illinois, Ohio, Carolina del Norte y Missouri.
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