Ante la petición de un millón de firmantes y numerosos políticos, incluyendo conservadores, el gobierno británico respondió este lunes que no anulará la visita de Estado del presidente estadunidense Donald Trump.
“La bien documentada misoginia y vulgaridad de Donald Trump le descalifica para ser recibido por Su Majestad o el príncipe de Gales”, afirma la petición, creada antes del decreto de Trump que impide la entrada a EU a los refugiados y a ciudadanos de siete países, pero cuyos firmantes crecieron como la espuma tras la medida.
“Extendimos la invitación. Fue aceptada”, se limitó a responder hoy un portavoz de la primera ministra Theresa May, que fue la semana pasada la primera mandataria extranjera recibida por Trump, en un momento en que Londres busca sustituir a sus socios europeos tras la decisión de abandonar la Unión Europea.
Los firmantes quieren que se rebaje el rango de la visita, actualmente el más alto.
Los invitados a una visita de Estado son huéspedes de la reina en el palacio de Buckingham durante dos noches, y disfrutan del mayor despliegue protocolario. La avenida que conduce al palacio se engalana con grandes banderas del país del mandatario, la reina llega con el invitado en carroza y le ofrece un gran banquete.
“No es bienvenido aquí, señor presidente” (“You are not welcome here, Mr. President”), tituló en portada el tabloide The Daily Mirror, mientras figuras de todo el arco político, incluso del Partido Conservador de la primera ministra expresaban su repulsa a la visita.