Un empresario británico que fue declarado culpable de fabricar y vender falsos detectores de bombas y drogas a varios países, entre ellos México y Tailandia, fue sentenciado este martes a 7 años de cárcel.
Gary Bolton vendió los dispositivos caseros fabricados en plástico a clientes internacionales por hasta 10.000 libras (15.668 dólares) cada uno, y afirmaba que podían detectar explosivos, drogas, tabaco y marfil.
Pero los fiscales dijeron que los artilugios no eran más que cajas con manijas y antena.
Bolton, de 47, había refutado 2 cargos de fraude, pero un jurado lo declaró culpable el mes pasado.