Este 20 de enero en el cual el presidente número 45 de Estados Unidos, Donald Trump, asumió sus funciones, centenares de manifestantes y la policía se enfrentaron en Washington, con el lanzamiento de piedras y gases lacrimógenos que han dejado como resultado cerca de 90 detenidos y “daños materiales significativos” en el centro de la capital.
La confrontación dejó “varios heridos leves, alrededor de 90 detenidos y daños significativos” en establecimientos y coches, indicó Peter Newsham, director interino de la Policía de Washington en un comunicado.
Aunque las manifestaciones contra el nuevo presidente estadunidense comenzaron desde la mañana, un grupo de encapuchados vestidos de negro fueron dispersados con gas pimienta después de lanzar piedras y romper los cristales de varios establecimientos, entre ellos restaurantes y bancos. Vestían las sudaderas y características bufandas del grupo “Bloque Negro”, un movimiento radical y violento.
Antes, varios grupos de manifestantes intentaron bloquear en Washington y en tono festivo y desde primeras horas de la mañana, los accesos a los puntos donde el público pudiera contemplar la investidura de Donald Trump y el posterior desfile.
Por otra parte, con bailes, banderas arcoiris y carteles de “No a Trump”, decenas de manifestantes se concentraban en las entradas del público a los diversos puntos de la Avenida Pensilvania o la explanada del National Mall de la capital estadunidense donde se podía ver la toma de posesión.
Sin embargo, algunos grupos de jóvenes anarquistas eligieron formar cadenas humanas para bloquear las entradas al evento de toma de posesión de Trump, aunque no se ha informado de altercados graves.