La Marina de Estados Unidos efectuó el martes por primera vez el lanzamiento de una aeronave no tripulada del tamaño de un avión de combate desde un portaaviones en el océano Atlántico.
Se trató de un avance en el programa de aviones robot en medio de temores crecientes sobre la legalidad de la vigilancia y los ataques letales realizados por Estados Unidos.
El X-47 despegó sin contratiempos y efectuó dos acercamientos al portaaviones antes de regresar a tierra.
El aparato depende de un programa informático que le indica hacia dónde ir a menos de que sea necesaria la intervención de un operador en la misión. Por esa característica, esta aeronave difiere de los demás aviones teledirigidos de las fuerzas armadas que un operador maneja desde algún lugar remoto.
La organización de derechos humanos Human Rights Watch solicitó que se prohíba preventivamente el desarrollo y utilización de cualquier sistema que lleve armas y sea totalmente autónomo, es decir que funcione sin la intervención del hombre.