Benito Vásquez Hernández, un mexicano que vive en Estados Unidos, tuvo que esperar 2 años y medio en la cárcel de Oregon, para que le tomaran declaración respecto a un homicidio cometido por su hijo.
Las autoridades ordenaron que el ciudadano mexicano de 60 años quedara detenido por temor a que escapara y no testificara contra su propio hijo, quien está acusado de matar a una mujer en un suburbio de Portland en 2012.
Las leyes federales y estatales sobre testigos materiales permiten la detención de cualquiera que pueda tener información relevante en una investigación penal. Aunque el uso de esas leyes no es raro, sí lo es que alguien quede detenido tanto tiempo, como en el caso de Vásquez Hernández.
El mexicano será indemnizado con 6,000 dólares. Después de su testimonio, el padre regresó a la cárcel, donde fue procesado y liberado.