México, 30 de agosto de 2018.- Cuatro millones de niñas y niños refugiados no frecuentan la escuela, según revela un informe publicado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
En solo un año, dice el documento, se registró un aumento de medio millón de niñas y niños sin acceso a la educación.
El informe “Invertir la Tendencia: la Educación de los Refugiados en Crisis” revela que, a pesar de los esfuerzos de los gobiernos, de ACNUR y de las organizaciones socias, la matriculación de niñas y niños refugiados en la escuela no logra seguirle el ritmo al rápido aumento de la población refugiada. A finales de 2017, había más de 25,4 millones de personas refugiadas en el mundo, 19,9 millones de las cuales se encontraban bajo el mandato de ACNUR. Más de la mitad de esta población estaba constituida por niñas y niños, entre los cuales 7,4 millones en edad escolar.
“La educación es un medio para ayudar a que las niñas y niños sanen, pero también es una forma de devolverle la vida a países enteros”, dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “Sin educación, las niñas y niños – que deberían ser nuestro futuro – se verán privados de su propio futuro”.
Solo el 61 por ciento de la niñez refugiada frecuenta la escuela primaria, en contraste con una tasa de inscripción global de 92 por ciento.
A medida que las niñas y niños refugiados crecen, esta brecha se hace más profunda. Casi los dos tercios de las niñas y niños refugiados que van a la escuela primaria no logran inscribirse a secundaria. En total, solo el 23 por ciento de la niñez refugiada frecuenta un instituto de educación secundaria, frente a una tasa global de 84 por ciento.
A nivel de educación terciaria, la brecha se convierte en abismo. La tasa global de inscripción a institutos de educación terciaria está en 37 por ciento, mientras apenas el 1 por ciento de los refugiados tiene acceso a la misma oportunidad.
Según las tendencias actuales, a menos que no se hagan inversiones urgentes, otros cientos de miles de niñas y niños refugiados se sumarán a estas desalentadoras estadísticas.
El informe insta a los países de acogida a inscribir a las niñas y niños refugiados en los sistemas educativos nacionales, con un currículo apropiado en cada etapa de la escuela primaria y secundaria, de tal forma que las calificaciones reconocidas sean un trampolín para la universidad o la educación vocacional superior.

