El gobierno de Barack Obama ha sido muy cuidadoso en su manejo de la crisis en Egipto: cuando el Ejército derrocó a Mohamed Morsi el 3 de julio tuvo cuidado extremo para no calificar el suceso como un golpe de Estado pues, de acuerdo con la ley, tendría entonces que suspender la ayuda humanitaria que se envía a ese país africano.
Egipto ha sido por mucho tiempo un importante aliado en la región de Oriente Medio, por lo que hasta ahora Obama esperaba que el conflicto entre el Ejército y la Hermandad Musulmana se resolviera pacíficamente y el gobierno interino llamara a elecciones.
Sin embargo, en esta última semana el Ejército ha demostrado estar dispuesto a usar violencia en contra de sus opositores: al menos 100 personas murieron y miles resultaron heridas cuando los militares reprimieron una de las manifestaciones a favor de Morsi.
A pesar de la situación, el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, enfocó su atención a las negociaciones de paz entre Israel y Palestina, evitando hacer declaraciones acerca de los hechos violentos en Egipto.
Y aunque Obama retrasó el envío de cuatro aviones F-16 al ejército egipcio, no ha detenido el resto del apoyo militar ni humanitario.
Ejemplo democrático
El presidente Barack Obama pidió a dos senadores republicanos que viajaran a Egipto para evaluar la situación. Aunque todavía no se conocen los detalles, John McCain y Lindsay Graham se reunirán con representantes del gobierno interino y de la oposición.
McCain declaró a los medios que parte de su misión será presionar al gobierno interino para que llame a elecciones. Graham, por su parte, dijo esperar que los egipcios aprendan una lección de la visita de McCain, quien compitió contra Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2008.
Habrá que ver cuán receptivos son los militares egipcios. Hasta ahora no se ven muy comprometidos con la democracia pues mantienen a Morsi preso en una ubicación secreta y están buscando oprimir a la Hermandad Musulmana.
El general Abdel Fatah al-Sissi, líder del Ejército, llamó de hecho a la ciudadanía a manifestarse contra la Hermandad, a la cual pertenece Morsi, a la que acusa de cometer actos terroristas. Además, los militares tomaron los medios de comunicación estatales, a través de los cuales hacen campaña contra sus opositores.
Lo más probable es que la administración Obama se enfrente a una difícil decisión, pues tendrá que evitar crear un nuevo enemigo en la región, pero también se verá presionada para detener toda ayuda a Egipto si el Ejército no cede el control a la ciudadanía y detiene las acciones violentas contra la Hermandad Musulmana y sus miembros.