El Papa Francisco señaló este sábado que los chismes destruyen a la Iglesia, lamentó que los cristianos se “maten” unos a otros con esa práctica, y advirtió que el manipular información, la calumnia y la difamación son pecados graves.
Durante el sermón de su misa diaria celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano, Jorge Mario Bergoglio arremetió contra la costumbre de algunos feligreses de esparcir rumores y sacar a relucir los defectos de los demás.
Sostuvo que por lo general el chisme se da de tres maneras: la primera es manipular la información, decir sólo la mitad que le conviene a uno y no la otra mitad.
La segunda forma, dijo, es la difamación: cuando una persona tiene de verdad un defecto o ha cometido un error grave, uno lo cuenta, juega al periodista, y la reputación de esa persona se daña.
“La tercera es la calumnia: decir cosas que no son verdaderas. ¡Es justamente eso lo que mata al hermano! Las tres actitudes: desinformación, difamación y calumnia, ¡son pecado! ¡Es un dar una cachetada a Jesús en la persona de sus hijos y de sus hermanos!”, enfatizó.