El Papa Francisco condenó este viernes la trata de personas, actividad que calificó como “innoble” y una “vergüenza para las sociedades que se llaman civilizadas”.
El pontífice hizo sus señalamientos durante un discurso pronunciado ante los asistentes a la sesión plenaria del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, a quienes recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Más adelante el Papa llamó a gobernantes, legisladores y a toda la comunidad internacional para que hagan frente a la realidad de las personas desarraigadas por la fuerza, con iniciativas eficaces y nuevos enfoques para proteger su dignidad.
Sostuvo que la política debe mejorar la calidad de vida y enfrentar los desafíos que surgen de formas modernas de persecución, opresión y esclavitud.
Insistió que las víctimas de esos flagelos son seres humanos que apelan a la solidaridad y al apoyo, que necesitan acciones urgentes, pero también y sobre todo comprensión y bondad. “Su condición no puede dejarnos indiferentes”, ponderó.