¿Por qué se reanudaron las rebeliones armadas en Filipinas?

Más de 100 muertos y 112,000 personas desplazadas de sus hogares es el saldo de enfrentamientos entre militares y grupos rebeldes en Filipinas.

Militares durante un operativo contra rebeldes musulmanes que tienen secuestradas a unas 100 personas
Foto: AP
Política
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Más de 100 muertos y 112,000 personas desplazadas de sus hogares es el saldo de enfrentamientos entre militares y grupos rebeldes en las Filipinas.

Los fallecidos son en su mayor parte guerrilleros, 86 de acuerdo a los militares, aunque también hay civiles y alrededor de 100 rehenes.

El 9 de septiembre, una fracción del Frente Moro de Liberación Nacional entró a la ciudad de Zamboanga, en el sur de Filipinas, objetando un acuerdo de paz entre el gobierno y el Frente Moro de Liberación Islámica, el principal grupo rebelde del país.

Frente Moro de Liberación Nacional, los primeros rebeldes

Las historia del FMLN comenzó en 1970, cuando se levantó en armas contra el gobierno filipino demandando la autonomía de la región musulmana de Mindanao, y que consiguió tras firmar un acuerdo de paz en 1996.

El líder del grupo, Nur Misauri, gobernó la zona durante 5 años, hasta que le fue quitado el puesto por corrupción y mal liderazgo. El movimiento se dividió en tres fracciones, aunque gran parte del sector armado permanece fiel a Misauri.

En ese entonces (2001) el FMLN atacó las bases militares de Jolo, y tras diversos enfrentamientos tomaron rehenes a todos los habitantes de una villa cercana a Zamboanga, hasta que les permitieron huir.

Nur Musauri huyó a Malasia, de donde fue extraditado, y luego de estar 7 años en la cárcel y ser liberado, desapareció, pues no se conoce a ciencia cierta su ubicación.

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Frente Moro de Liberación Islámica, la rama que se hizo más fuerte

El Frente Moro de Liberación Islámica nació en 1978, cuando se separó del FMLN y se estableció en la isla de Mindanao.

Como se negaba a negociar con el gobierno, fue Nur Misauri quien firmó el convenio con el entonces presidente Fidel Ramos, para instaurar la Región Autónoma del Mindanao Musulmán.

Tras luchar 34 años el gobierno llegó a un acuerdo de paz el año pasado con el FMLI, ahora el grupo rebelde más grande.

Misauri respondió indignado, acusando al presidente de traicionar el acuerdo que había firmado en 1996. Aunque declaró que seguiría en su lucha por un Bangsamoro independiente, aclaró que lo haría de manera pacífica.


Rebeldes quieren estado independiente, no autonomía

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Se cree que los insurgentes que atacaron Zambangoa son liderados por Habier Malik, un comandante veterano del FMLN involucrado en varios levantamientos pasados, incluido el de 2001.

Lo que busca ahora el Frente Moro de Liberación Nacional es que el Mindanao Musulmán sea un estado independiente, y no la región autónoma que negocia el FMLI.

De acuerdo a la ONU 136,000 personas se han visto afectadas por la violencia, además de un número indeterminado de personas atrapadas en las villas costeñas, sin posibilidad de llegar a los centro de evacuación en la ciudad.

El 13 de septiembre, la coordinadora humanitaria de la organización en Filipinas, Luiza Carvalho pidió un alto al fuego y pasaje seguro para los civiles atrapados en el conflicto.

El presidente filipino, Benigno Aquino, se muestra positivo sobre el posible pronto fin de la violencia, pues declaró que las revueltas sólo permanecen en dos áreas de la ciudad.

A la fecha sólo 70 rebeldes siguen en pie, pues cerca de 100 se rindieron o fueron capturados y más de 80 han muerto, según informes de los militares.


Ciudadanos, prisioneros en sus casas

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Los ciudadanos que no acudieron a los albergues permanecen encerrados en sus casas, que sólo abandonan cuando es estrictamente indispensable, como narra a la BBC Kit Undug, un maestro de Zambangoa.

“En los pasados cuatro días sólo he podido salir dos veces y sólo por unos cuantos mimutos, sólo para conseguir algo de dinero del cajero automático más cercano y para comprar algo de víveres para la casa”.

Sin embargo esas pequeñas excursiones al exterior pueden prolongarse exageradamente y volverse más peligrosas debido al pánico que impera en las calles.

“Muchos establecimientos están cerrados. Los únicos que abren en este momento con un número de supermercados y tiendas de empeño. Los bancos están cerrados y los cajeros automáticos no tienen dinero, así que la gente recurre a las casas de empeño”.

Pese a que la región sur del país tiene fama de ser conflictiva, la ciudad de Zambangoa había permanecido pacífica y tranquila desde el 2001, cuando el mismo grupo tomó rehenes en un intento de huir del ejército, aunque en ese entonces la situación fue contenida en dos días.

Hasta hoy, los filipinos en Zambangoa llevan 11 días encerrados en sus casa o en refugios, temerosos de recibir una bala perdida o ser tomados rehenes por el Frente Moro de Liberación Nacional.

“Creo que mucha gente estará de acuerdo con el sentimiento que tengo de estar atrapado, en el sentido de que no podemos en realidad movernos libremente”.

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