Protestas en varios países de Medio Oriente se realizan por la ejecución de un clérigo chiíta que fue acusado de actividades terroristas.
El ayatolá Ali Jamenei, líder supremo de Irán, aseguró una “venganza divina” sobre los políticos sauditas por el asesinato de Nimr Baqer Al Nimr.
De acuerdo con el Ministerio saudita del Interior, Al Nimr y otras 46 personas fueron ejecutadas el sábado bajo los cargos de terrorismo, desobediencia civil y apostasía.
La ejecución causó ira en esa comunidad del Islam y diversas protestas en Teherán.
En tanto, Hasán Rohaní, presidente de Irán, calificó la muerte de Al Nimr como inhumana y pidió procesar a quienes atacaron la embajada saudita en Teherán y el consulado en la ciudad de Mashhad, en el noreste del país.
“La acción protagonizada anoche por un grupo de radicales en Teherán y Mashhad, que causó daños en la embajada y el consulado sauditas, son totalmente injustificables”, expresó.
Al Nimr era considerado uno de los líderes de la Primavera Árabe de 2011 y un crítico de la dinastía Al Saud.
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