Chile a recibido la ayuda de una flota de naves de élite, formada por los aviones cisterna y los helicópteros especializados más grandes del mundo, que lucha desde el cielo contra la plaga de incendios forestales que arden en el centro y sur del país desde la semana pasada y que ya ha costado once vidas y ha quemado casi 600 mil hectáreas.
La ayuda de estas aeronaves es providencial para frenar el avance de las llamas, como atestigua el voluntario Juan Luis Ruz, quien el jueves apreció cómo una sola pasada del avión cisterna más grande del planeta, el Supertanker, bastaba para apagar el fuego que arrasaba un bosque en la región de O’Higgins, una de las más afectadas por los incendios.
“Llevábamos tres días combatiendo sin descanso para apagar una plantación de eucaliptos de 30 hectáreas. Las llamas nos ganaban, pero la pasada del Supertanker fue clave: con una sola pasada nos solucionó el problema y salvamos el bosque”, señaló Ruz.
Él y otros voluntarios llevaban luchando contra las llamas desde las seis de la mañana cuando el avión descargó justo encima de sus cabezas.
“No es una llovizna, es agua que cae de forma muy violenta y te deja completamente empapado. Si tuviese que compararlo es casi como cuando estás en el mar y llega una ola y te baña”, resaltó.
Del momento recuerda lo bajo que pasó la aeronave, tanto que parecía “tocar las copas de los árboles” y la fuerza con la que realizó el barrido.
El Supertanker estadunidense, que en Chile ha llegado a realizar siete descargas diarias cuando su marca anterior estaba en cinco, se une a otros “monstruos” del aire, como los aviones rusos Ilyushn-76, los Hércules C-130 especialmente adaptados, además del helicóptero Sikorsky S-64 Skycrane, denominado Elvis —el más grande del mundo en la lucha contra incendios con diez mil litros—, para ayudar al país.