Durante meses los republicanos en el Senado han utilizado la obstrucción legislativa para bloquear a los nominados por el presidente Barack Obama a posiciones en ciertas agencias.
En varios casos los republicanos han bloqueado las nominaciones no por estar en desacuerdo con las personas propuestas por Obama, sino porque se oponen a las funciones de la agencia a la que están nominadas.
Un caso particular es el Buró de Protección Financiera del Consumidor, que se formó después de la crisis financiera de 2008 e incrementa las regulaciones a instituciones financieras.
Los republicanos se oponían a la designación de Richard Cordray como director de esta agencia, ya que sin un director fijo la institución está limitada a realizar solamente algunas de sus actividades.
La obstrucción legislativa también se ha usado para bloquear reformas. Este año, por ejemplo, se bloqueó una que buscaba incrementar las regulaciones para adquirir un arma de fuego en Estados Unidos.
Amenaza
La obstrucción de siete nominados de Obama en el Senado llevó al líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, a tomar acciones drásticas: amenazó a los senadores republicanos con lo que se conoce comúnmente como la “opción nuclear”, es decir, con modificar las reglas senatoriales para que se elimine la figura de filibuster, u obstrucción.
Con esto, una mayoría simple sería suficiente para aprobar a cualquier nominado por el presidente e incluso para aprobar cualquier ley o reforma que pase por el pleno. Esto daría fin a la paralización de las nominaciones de Obama y al gridlock en la cámara alta.
Sin embargo, en una reunión privada, los senadores llegaron a un acuerdo: los republicanos cedieron a ponerle fin a su estrategia de bloqueo de nominados, a cambio de que Obama renombre a dos de ellos.
Por su parte, los demócratas retiraron la amenaza de la “opción nuclear”; es decir, no habrá reforma a la obstrucción legislativa.
¿Victoria a largo plazo?
Este episodio representó una clara victoria para los demócratas, pues pondrá fin a la obstrucción de los nominados de Obama, sin tener que ceder mucho. Además, lograron reestablecer el orden en el Senado, garantizando que no habrá paralización a corto plazo.
Pero, ¿qué pasará cuando se discutan otros temas? Sin eliminar la figura del filibuster por completo, los republicanos todavía podrán acudir a él una vez que cumplan con los términos de este último acuerdo.
Un punto importante a considerar es que para invocar una obstrucción no se necesita tener apoyo de la bancada, sino que basta solo un senador ultraconservador para obstruir un voto. Así, mientras este último acuerdo es un buen ejemplo de negociaciones entre los liderazgos del partido, existe el riesgo de que un republicano rebelde vuelva a paralizar la actividad legislativa del Senado.
Harry Reid hubiera hecho bien en cumplir con su amenaza y reestablecer el funcionamiento del Senado a largo plazo.