Expertos en salud mental advierten que entre 50 y 80% de las mujeres con depresión posparto en México no buscan tratamiento debido a falta de recursos económicos, miedo al estigma, ignorancia sobre dónde conseguir ayuda profesional o desconocimiento de la enfermedad, señala la Red Voz Pro Salud Mental, organismo que hace un llamado para atender esta condición.
De no ser atendidas a tiempo, las pacientes tienen el riesgo incurrir en consumo de sustancias, mala alimentación, falta de cuidados prenatales y posnatales, falta de cuidados hacia el bebé, nacimiento prematuro del infante y, en raros casos, abandono del niño o suicidio, resalta el organismo.
Otra consecuencia grave de la depresión posparto es que la falta de apego de la madre puede generar problemas en el desarrollo cognitivo o emocional del niño. Estudios en Francia y Canadá han encontrado que este riesgo aumenta en 1.18 por ciento.
Una investigación de María Asunción Lara, jefa del Departamento de Modelos de Intervención del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP) Ramón de la Fuente Muñiz, constató que 9% de las mujeres en México presenta depresión en el embarazo; 13.8% depresión tras semanas posparto, y 13.3% luego de seis meses.
Asimismo, de acuerdo con la Guía para la prevención, diagnóstico y manejo de la depresión posparto, publicada por la Secretaría de Salud en 2014, 40% de los casos de depresión identificados en el posparto presentaron síntomas durante el embarazo, y entre 20 y 40% de las mujeres que presentaron depresión posparto pueden tener una recaída en un embarazo posterior.
Durante el embarazo la glándula tiroides experimenta cambios para abastecer al neonato y una baja en la reserva tiroidea de la madre o a una deficiencia de yodo puede derivar en hipotiroidismo, causante de la depresión gestacional.
Por otra parte, la depresión posparto se presenta generalmente a partir de la cuarta semana de dar a luz, cuando los niveles de progesterona y estrógenos que se elevaron durante el embarazo bajan drásticamente. Esto aumenta la producción de cortisol, la hormona del estrés, lo que genera síntomas de depresión y ansiedad.
Además de la química del organismo, otros factores de riesgo pueden ser sicosociales: no haber deseado el embarazo, recibir poco apoyo por parte de la pareja y amigos, relaciones de pareja conflictivas, abandono de la pareja, ser madre adolescente, haber sido víctima de abuso o maltrato, tener problemas económicos, entre otros.
Como apoyo en este tipo de casos, la Red Voz Pro Salud Mental ofrece cursos sicoeducativos sobre depresión y otros trastornos, que pueden ayudar a la madre y a sus familiares a entender y enfrentar de manera más efectiva esta situación. Si requieres más información visita la página www.vozprosaludmental.org.mx.