La piel del bebé es mucho más delicada que la de un adulto porque se encuentra en proceso de maduración, se debe de tener especial cuidado con ella ya que existen enfermedades que pueden afectar a los bebés, alerta Carolina Palacios, presidenta del Colegio Mexicano de Dermatología Pediátrica (CMDP).
La dermatitis, en general, se refiere a la inflamación de la piel que es multifactorial, puede presentarse de distintas formas en el cuerpo del bebé, los tipos más comunes son la dermatitis atópica y la dermatitis de pañal.
Es una enfermedad de la piel caracterizada por picor intenso, piel muy seca y sensible, se manifiesta en forma de brotes y los periodos de crisis de la enfermedad se alternan con periodos de mejoría. Aún cuando es benigna y no es contagiosa, es una enfermedad crónica y cada vez es más común: en los últimos 30 años se ha multiplicado su prevalencia por dos y tres veces, esto debido a factores ambientales y al incremento de productos irritantes.
Los síntomas más comunes de la dermatitis atópica son: piel reseca, comezón y erupciones en el cutis, en la piel detrás de las rodillas, en las manos, pies y área interior de los codos. Debido al malestar que genera, los bebés suelen rascarse empeorando el problema y causando enrojecimiento, hinchazón, secreciones de líquido claro, costras, piel gruesa, etcétera.
Aunque esta enfermedad puede presentarse en cualquier edad, es más común en bebés y niños, de acuerdo con la Guía de Referencia Rápida. Tratamiento de la Dermatitis Atópica, publicada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC), el inicio de la dermatitis atópica predomina en un 60% en el primer año de edad y en un 85% se presenta antes de los cinco años. Puede mejorar o desaparecer con el crecimiento, sin embargo, en otros casos puede continuar en la edad adulta.
En ese sentido, Karen Ramírez, gerente de la línea dermatológica en Armstrong Laboratorios comenta que es importante realizar un tratamiento adecuado con el uso de emolientes que actúen sobre los cuatro principales síntomas de la piel atópica: piel seca, picor, irritación e infección.
“Es recomendable cuidar la piel del bebé bañándolo continuamente y usando emolientes que ayuden a reparar la barrera cutánea con un tratamiento completo como la línea LetiAT4, que alivia la comezón, protege e hidrata la piel; se ha comprobado que el uso diario de una crema emoliente es eficaz para espaciar los brotes y las recaídas además de prevenir infecciones. Si sospechas que tu bebé puede tener dermatitis atópica, acude a tu médico”, concluyó.
En cuanto a la dermatitis del pañal, aunque el nombre puede sonar a algo peligroso, en realidad es un problema muy común, pero que sin duda, pone de cabeza a los padres de un recién nacido. Todo bebé que use pañal tiene riesgo de padecerla; se sabe que entre el 25% y 65% de los bebés presentan este problema.
La dermatitis del pañal, también conocida como rozadura, es la inflamación e irritación de la piel que ocurre en el área del pañal como consecuencia de la alteración de la función de barrera de la piel. No siempre tiene la misma apariencia, la irritación puede ser muy leve, con pequeños granitos rojos en un área muy pequeña o en una muy extensa, con zonas hinchadas, rojas y sensibles; por lo que si observas que la piel de tu bebé se ve roja o irritada puede ser que tenga una rozadura.
Su incidencia se incrementa a partir del primer mes de vida y entre los ocho y 12 meses de edad; es menos frecuente en los niños que son amamantados y es más común cuando se presentan cuadros de diarrea.
Este padecimiento puede deberse a muchos factores, tales como la humedad, la fricción del pañal o sensibilidad a fragancias o productos químicos presentes en pañales, toallitas húmedas o cremas. Otro factor de riesgo son los cambios en la dieta de tu bebé, pues esto cambia la composición de las heces y puede lastimar la piel del pequeño, por lo que es común que los bebés empiecen a tener dermatitis de pañal cuando empiezan a comer alimentos sólidos o cuando se incluyen nuevos alimentos a su dieta. Si le estás dando pecho, también podría deberse a algo que tú hayas comido.
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