El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cambió su modelo de atención de lo curativo a lo preventivo para disminuir el incremento en casos de diabetes, padecimientos cardiovasculares, cáncer de mama y próstata, que son las principales causas de muerte por enfermedades crónico-degenerativas en el país.
Desde su creación, en 1943, el organismo mantenía un esquema con enfoque curativo, pues el médico atendía al paciente en la clínica cuando este acudía a consulta porque ya presentaba señales del padecimiento.
Con el nuevo Modelo Preventivo de Enfermedades Crónicas, el IMSS busca evitarlas o minimizar sus complicaciones, y disminuir los costos de su atención.
El estilo de vida de las personas ha cambiado y ahora destinan cada vez menos tiempo para la actividad física, pasan más horas en el coche o el transporte público, y consumen alimentos mayormente procesados con bajo valor nutrimental.
También se ha modificado la estructura y organización familiar y social, y en conjunto llevó a un incremento en los problemas de sobrepeso y obesidad con las consecuentes enfermedades que generan altos costos económicos.
Debido a ello el IMSS, como mayor proveedor de servicios de salud en el país, presentó la propuesta del nuevo modelo que consiste en desplegar brigadas médicas a los centros de trabajo y crear consultorios de medicina especializada.
Con la premisa de “curar es llegar tarde, prevenir es llegar antes”, el instituto plantea que las brigadas, apoyadas por una Unidad de Inteligencia, concentrarán los datos personalizados y un tablero electrónico de seguimiento que detecte a tiempo los potenciales riesgos que presenten derechohabientes en torno de esas cuatro enfermedades.
De esta forma, la Unidad de Inteligencia Preventiva será el cerebro de la estrategia y se apoyará en la tecnología, pues mediante un tablero electrónico monitoreará y analizará la información recabada por las brigadas médicas para estratificar a la población y definir acciones, dar seguimiento y coordinar con empresas e instituciones la atención.
De acuerdo con la Evaluación de los Riesgos Financieros considerados en el Programa de Administración de Riesgos Institucionales, de las enfermedades crónico-degenerativas, las cardiovasculares representan la primera causa de muerte en el IMSS, con 138 decesos por día.
Aunque la diabetes ocupa el segundo lugar en fallecimientos en la institución, con 105 casos por día, es la primera causa de pensión por invalidez y la primera enfermedad crónica de más gasto total.
En el organismo, la sexta causa de muerte es el cáncer de mama y primera en las mujeres, con siete decesos al día; se ubica como la octava razón de pensión por invalidez y cuarta de mayor gasto total.
En tanto, el cáncer de próstata se coloca como el primer motivo de muerte en el hombre y octavo en el IMSS, al registrar siete fallecimientos por día.
Para prevenir todo ello, el modelo preventivo se basa en cuatro ejes, de los cuales el primero busca identificar, conocer y captar a los derechohabientes para clasificarlos de acuerdo con los factores de riesgo mediante registros de las bases de datos.
Al contar con la información a través del programa ¡CHKT!, en línea o cuestionarios, el organismo está en condiciones de brindar un esquema de atención por empresa e individuo.
Un segundo eje de este modelo consiste en focalizar las acciones preventivas y correctivas específicas a cada grupo, mientras que un tercer fundamento se basa en dar seguimiento a los pacientes de acuerdo con las herramientas tecnológicas para asegurar su progreso.
El cuarto eje de la vinculación busca la colaboración con los sectores sociales, patronal y obrero para una participación preventiva activa que garantice una atención oportuna de la población.
Al tomar como ejemplo la diabetes, el nuevo modelo permitiría la atención y el chequeo preventivo del paciente a partir de los 20 años de edad, modificar factores de riesgo como consumo de alcohol, tabaco, al tiempo que se combatiría la obesidad y la vida sedentaria.
A los 40 años de edad, el paciente seguiría una estrategia educativa de promoción de la salud y detección y control de complicaciones, en lugar de presentar un cuadro prediabético o asintomático.
De esta forma, a los 50 años de edad, el derechohabiente puede tener un estilo de vida saludable bajo un seguimiento y monitoreo constante y su esperanza de vida pasaría de 62 a 75 años, con un estilo de vida sano y de mayor productividad.
Desde el 8 de mayo pasado, el nuevo modelo fue puesto a prueba en Nuevo León con la idea de que sea exitoso y se replique en otras entidades del país.