Viena, 5 de Marzo. El uso del cannabis con fines no medicinales contraviene los tratados internacionales de fiscalización de drogas y es un riesgo para la salud, advierte un nuevo estudio de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
En su informe anual, la JIFE analiza la legalización recreativa del cannabis en varios estados de Estados Unidos y en Canadá y concluye que una regulación insuficiente de su uso con fines médicos, ha permitido que la droga se utilice para otros fines.
“La legalización del cannabis con fines recreativos representa no solamente una dificultad u obstáculo para la aplicación universal de los tratados sino también un problema muy importante para la salud y el bienestar, en particular para los jóvenes”, aseguró Luis Otarola Peñaranda, miembro de la Junta en Perú, durante una entrevista con Noticias ONU.
El informe además destaca que existen metodologías y marcos jurídicos muy claros para los países que han legalizado el cannabis con fines medicinales que no siempre se están respetando, y ese control deficiente de los programas puede llevar al aumento del consumo de la marihuana con fines no médicos.
“La primera condición es que exista un organismo nacional que controle la producción y el suministro. En segundo lugar, las convenciones establecen que sea el Estado el que expida las licencias de producción. Estamos hablando del cannabis medicinal y de fines científicos. El Estado tiene que tomar posesión de la materia, es decir de toda la producción.
El Estado tendrá que tener derecho exclusivo del comercio al por mayor, es decir, que tiene que establecer una suerte de monopolio de compra para evitar la desviación y, finalmente, los Estados tienen que presentar a la JIFE sus informes y las previsiones de cantidades y el número de pacientes que deben ser atendidos por el uso medicinal del cannabis”.