Migraña: el doloroso enemigo del 12% de las mujeres mexicanas

Migraña
Foto: Mislav Marohni?/Creative Commons
Lorena Ríos
Todo menos politica
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La migraña crónica afecta en México a 12% de las mujeres y 3% de los varones, quienes tienen que recluirse en un cuarto sin luz y sin ruido de uno a tres días, hasta que pase la crisis, situación que los lleva —según el caso— a perder horas de escuela, productividad en el empleo, relaciones sociales y hasta a enfrentar conflictos con la pareja.

La terapia con toxina botulínica representa una oportunidad de mejorar la calidad de vida, pues los pacientes que han sido tratados presentan una reducción de 80% de los ataques migrañosos, así como de su intensidad.

“Las personas con migraña acuden al especialista cuando los analgésicos ya no les funcionan, principalmente por el abuso en su consumo y automedicación; y esto después de varios años”, advierte Karina Vélez, miembro de la Sociedad Internacional de Cefaleas.

La ex coordinadora del Grupo de Cefaleas de la Academia Mexicana de Neurología explica que 90% de la población mexicana va a experimentar alguna vez en la vida un fuerte dolor de cabeza o cefalea, por lo que al tomar un analgésico encuentra alivio y decide no acudir al médico, a menos que se vuelva persistente y la molestia aumente.

La migraña es un dolor de cabeza que puede presentarse acompañado de síntomas como náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz y al sonido.

En la mayoría de las personas se manifiesta con un dolor pulsátil únicamente en un lado de la cabeza; en otras, pueden presentarse síntomas de advertencia llamados aura, antes de que comience el verdadero dolor de cabeza.

La neuróloga menciona que de acuerdo con la clasificación internacional las cefaleas se clasifican en primarias y secundarias. Las primeras se presentan en 90% de los casos y pueden ser cefaleas tensional, migrañosa o de tipo racimo; las secundarias se refieren a los dolores de cabeza derivados de un traumatismo, desorden vascular o tumor cerebral.

Molestia excesiva

El origen de la migraña se desconoce con certeza. Lo que sí se sabe es que es producto de varios factores que generan una actividad cerebral anormal que afectan el flujo sanguíneo en el cerebro y tejidos circundantes.

Por ejemplo, el consumo de alcohol, tabaco, estrés y ansiedad; ciertos olores o perfumes; ruidos fuertes o luces brillantes, entre otros, pueden desencadenar un ataque de migraña.

También se puede presentar una crisis por abstinencia de cafeína, alteraciones en los niveles hormonales durante el ciclo menstrual, mala calidad de sueño, estrés físico, ayunos prolongados, consumo de alimentos procesados, fermentados, adobados y productos ricos en glutamato monosódico; aunados a chocolate, nueces, mantequilla, cacahuates o productos lácteos, entre otros.

Karina Velez, también integrante de la Academia Americana de Neurología, expone que en la actualidad no existe una cura para la migraña, pero sí hay herramientas farmacológicas para prevenir los ataques o reducir la intensidad de los síntomas.

Toxina botulínica

En busca de mejores alternativas para los pacientes con migraña crónica, en 2010 se llevó a cabo un estudio con 1,384 personas de Estados Unidos y varios países de Europa, cuyos participantes primero se sometieron durante 28 días a un proceso de desintoxicación (por el abuso de analgésicos) y luego recibieron, en un lapso de 32 semanas, pequeñas dosis de toxina botulínica en la zona frontal, temporal, occipital, cervicales y trapecio, de acuerdo con las áreas de dolor.

De estos pacientes, 70% presentaron una reducción de 80% en el número de días y horas de dolor de cabeza, por lo que la agencia de Estados Unidos Food and Drug Administration (FDA) y su similar de Inglaterra aprobaron el uso de la toxina botulínica en el tratamiento de migraña crónica.

Sin embargo, esta terapia solo se encuentra disponible en el servicio médico de Pemex, Sedena y DIF, así como en el sector de salud privado, por lo que en el IMSS y en el ISSSTE aún está pendiente.

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