La Organización Mundial de la Salud (OMS), eligió este año el tema “Primera ayuda sicológica” para conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental el próximo 10 de octubre, cuyo objetivo general es promover mayor conocimiento sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos para apoyarla.
No hay salud sin salud mental. Ésta se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades; en el mundo, más de 450 mil millones de personas sufren de un trastorno mental o de la conducta, de los cuales al menos el 20 por ciento son niños y adolescentes. Dentro de los principales problemas neurosiquiátricos incapacitantes se encuentran la depresión, los trastornos generados por el uso de alcohol, la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Edilberto Peña, neurosiquiatra y director del Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional (INCIDE), explicó que los trastornos mentales son muy diversos y cada uno se acompaña de diferentes síntomas; suelen caracterizarse por una combinación de pensamientos, emociones, comportamientos y relaciones sociales anormales.
“Cuando una persona goza de buena salud mental, es capaz de desarrollar sus habilidades, estabilizar sus emociones, llevar una vida productiva, y superar el estrés al que nos enfrentamos de manera cotidiana. Sin embargo, cuando no se cuenta con ésta, los pacientes se enfrentan a diversos retos, como la discriminación, la violencia, la estigmatización sobre su condición, que incluso los podría orillar al suicidio, pues no reciben atención ni tratamiento adecuado”, enfatizó el especialista.
En la actualidad se cuenta con un fármaco estabilizador del ánimo y la conducta, anticonvulsivante, para el tratamiento de comportamientos agresivos, destructivos y para la prevención de la migraña.
Finalmente, Edilberto Peña, hizo un llamado, para que se dejen de lado estigmas y mitos sobre los fármacos para tratar padecimientos neurosiquiátricos. Asímismo, recomendó acudir siempre con el especialista, ya que la salud mental es referencial y relativa, es decir, que la percepción de gravedad de enfermedad mental depende de cada individuo y de su vivencia, en donde los parámetros no son iguales para todos.