Por: Lorena Ríos
Una enfermedad congénita al nacimiento provoca que Angélica pierda su ojo izquierdo, condición que a lo largo de 15 años la obliga a soportar rechazo, burlas y discriminación de sus compañeros de escuela. Pero ahora, con la ayuda de una prótesis ocular, recupera no sólo la bella fisonomía de su rostro, sino también su autoestima y la sonrisa que ilumina su semblante adolescente.
“El rechazo de la sociedad es difícil, sinceramente; más que nada el de los niños, que son crueles y muy dados a criticar. Recuerdo que me señalaban y se burlaban. Pero aprendí a defenderme”, comparte, con tono de nostalgia.
En la actualidad estudia la preparatoria y dice que estaba aterrorizada antes de ingresar, pues pensaba que sufriría lo mismo; pero ha sido todo lo contrario: “Por fin tuve tranquilidad emocional. No aceptaba cuando me decían que soy bonita y me resistía. Pero lo he comprobado: soy afortunada de tener un novio maravilloso y un grupo de amigas: Fanny, Sayuri y Laura son unos ángeles. Son mis amigas y confidentes. Me siento bien. Tengo alegría por la vida. ¡Soy feliz!”
Autoestima
Al igual que Angélica, más de 500 personas al año son beneficiadas con prótesis de ojos, párpados, pestañas, nariz, orejas o mejillas realizadas por Aldo Fichtl García, director del Laboratorio de Diseño Anatómico del Centro de Cirugía Especial de México IAP (CCEM).
Las prótesis permiten la restitución de partes perdidas del rostro por enfermedad, accidente, cirugía o cáncer.
El protesista, uno de los tres especialistas existentes en México, menciona que este tratamiento a lo primero que ayuda es a recuperar la autoestima, primordial para todo ser humano: “Las personas que pierden alguna parte de su rostro sufren rechazo y discriminación. Llegan a pasar por periodos de depresión aguda y en ocasiones a tener ideas suicidas, pues socialmente no les dan trabajo, en la familia son relegadas y en sus comunidades estigmatizadas”.
Además, en el caso de los bebés con alguna pérdida de ojo o nariz, las prótesis ayudan a estimular el crecimiento óseo y evitar la deformidad del rostro. “Los reemplazos ayudan a que sus huesos crezcan adecuadamente, y más adelante acceder a una prótesis, además de satisfacer una necesidad cosmética, atiende una necesidad de ortopedia, porque al final tiene que ver con la maduración de la estructura ósea”, detalla.
Aldo Fichtl señala que además de participar en el CCEM, labora en el Instituto de Oftalmología Fundación Conde de Valenciana IAP, donde es director del Laboratorio de Diseño Anatómico. “Es un trabajo completo el que realizamos: desde oreja, nariz, ojos…Y hay otros especialistas que se concentran sólo en un tipo de prótesis. Otros más las compran y las adaptan. Hay quienes las fabrican y distribuyen. En mi caso, las diseñamos y creamos de acuerdo a las necesidades de cada paciente”, añade.
Según organismos internacionales, la frecuencia de personas que han perdido uno o ambos ojos por diferentes causas se encuentra entre 0.5 y 1% de la población.
En México, se estima que entre 500 mil y un millón de sujetos han sufrido la pérdida de uno o ambos ojos.
Escasez de anaplastólogos
Para los interesados en esta actividad, comenta Fichtl García que se necesita estudiar la carrera de Anaplastología, pero en México no existe, por lo que la única opción es que a lo largo de la carrera de Medicina se tomen elementos para capacitarse.
Sin embargo, la profesionalización se logra en Estados Unidos o España. “Parecería que no hay mucha demanda de prótesis, pero te puedo decir que estoy hasta el tope: tengo casi 500 pacientes al año, a los cuales se les tienen que ir ajustando las prótesis conforme van creciendo, especialmente en los niños”, dice, y expone que en un futuro cercano se buscará diseñar prótesis que ayuden al paciente a ver. De hecho, “ya existen algunos prototipos y esperemos que se vuelva realidad. Están haciendo pruebas con biótica, pero la tecnología todavía no nos da”.
El protesista menciona que en fecha reciente lo invitaron a viajar a Chicago para diseñar una prótesis que contenga un dispositivo que grabe imágenes, fotos y video y transmitirlo por Bluetooth. “Sin duda, es la punta del iceberg en el mundo de las prótesis oculares”, comenta, orgulloso.
El especialista comparte que las prótesis datan de 1300 AC, desde la época de los egipcios, quienes utilizaban joyas y piedras preciosas.
Posteriormente, en 1561, Ambrose Pare diseña la primera prótesis de cristal, material puro y que no requiere de limpieza, pero cuyo único defecto es que resulta demasiado frágil.
Más adelante, en 1939, se crean las prótesis de acrílico; y en 1969 Lee Allen crea la Técnica de Molde de Impresión Interna. “En mi opinión, las prótesis de acrílico son mejores, porque son más maleables, porque en el cristal no puedes hacer cambios. Las prótesis ayudan a que los párpados tengan mejor cadencia en su caída”.
El Centro de Cirugía Especializada de México apoya a las personas de bajos recursos que requieran de prótesis, para lo cual realiza estudios socioeconómicos al paciente, así como toda una valoración para conocer si es candidato a utilizar una prótesis. “Esta labor altruista ahora extiende sus beneficios a países de América Latina, entre ellos Colombia y Perú”, resalta.
“¡Me gusta verme bien!”
Hoy en día “me siento muy fuerte, pero he tenido caídas. No es cualquier cosa. La vida me ha formado. No soy vanidosa, pero ahora me gusta verme bien, como que se me despertaron las hormonas y busco la forma de verme bonita”, dice Angélica, quien luce su prótesis ocular, la cual pasa desapercibida, pues en color, volumen y apariencia es idéntica al ojo sano.