Los problemas para respirar, diarrea, dolor de cabeza y sangrado gastrointestinal son algunos síntomas que se presentan cuando una persona presenta un tumor neuroendocrino. Este tipo de neoplasias son un grupo de nódulos raros que se desarrollan cuando las células en las glándulas endocrinas o en el sistema nervioso sufren cambios que hacen que se dividan y crezcan de forma descontrolada.
Dichos abultamientos se caracterizan por la sobreproducción o secreción de diferentes hormonas, indicó la Alianza Internacional de Cáncer Neuroendocrino (INCA).
Existen muchos prototipos de este tipo de tumores que pueden aparecer en todo el cuerpo; aunque la mayoría se encuentran en el tracto gastrointestinal, el páncreas y los pulmones. Además, se pueden propagar al hígado, los huesos y los nódulos linfáticos.
La INCA subrayó que más de 90% de los pacientes con este tipo de tumores endocrinos reciben un diagnóstico erróneo de síndrome del intestino irritable, asma, menopausia, ansiedad o alergias.
El diagnóstico correcto en general toma de cinco a siete años, cuando los signos y los síntomas del tumor aparecen después de que la enfermedad ya se diseminó.
Los síntomas más comunes y por lo que se debe acudir al médico de inmediato son: problemas para respirar, la tos, la diarrea, la respiración sibilante, el esputo sanguinolento, la presión arterial alta o baja, las palpitaciones, los dolores abdominales o los calambres intermitentes.
Además, pueden aparecer dolores de cabeza, sangrado gastrointestinal, úlceras estomacales y rubor facial.
La INCA resaltó que las personas con antecedentes de cáncer en la familia, las mujeres y los diabéticos corren mayor riesgo de desarrollar dichos tumores.
A pesar de que no existe una prueba de rutina, exámenes como la biopsia, ecografía endoscópica, análisis de orina para 5-HIAA, un subproducto de la serotonina o un ecocardiograma, pueden ayudar a identificarlos.
En caso de padecer este tipo de tumores los tratamientos deben ser muy específicos, ya que depende del tamaño, ubicación, si se diseminó a otras partes del cuerpo y de la salud general del paciente.
Entre las opciones terapéuticas actuales están la cirugía, la terapia de radiación, la quimioterapia y los medicamentos dirigidos.