Francisco Tario: cuentos de otra dimensión

La literatura fantástica mexicana parece haber superado prejuicios y demuestra que en dimensiones no realistas hay profundidad. 

Otra dimensión
Foto: Gisela Giardino/Creative Commons
Redacción
Todo menos politica
Compartir

Por: Federico González

Difícil entender la literatura fantástica en México sin el nombre de Francisco Tario (Ciudad de México, 1911-Madrid, 1977). Ajeno a movimientos y vanguardias de su época se movió por rutas marginales. Cultivó el cuento, la novela y el teatro, siempre rondando al género fantástico pero desde una perspectiva intimista, por no decir hermética. Atrás de situaciones grotescas o macabras se encuentran pulsiones humanas llevadas al límite.

Durante años el narrador estuvo alejado de los grandes públicos. Acaso los enterados conocían su obra.

Uno de los primeros en redescubrirlo recientemente fue Mario González Suárez en su antología Paisajes del limbo. Poco después Lectorum publicó en dos tomos sus cuentos completos. Y ahora el mismo sello convocó a Guillermo Samperio, cuentista experimentado, para que realizara una selección de relatos.

La compilación es en primera instancia un ejercicio introductorio para quien desconoce a uno de los protagonistas de la literatura fantástica nacional. La semana escarlata, La noche del féretro y Asesinato en do sostenido mayor resaltan las atmósferas y obsesiones de un escritor atento a universos sombríos y situaciones que rayan en lo absurdo.

terror02.jpg

Buen lector de poesía. Melómano. Lector de Poe, Chéjov, Ionesco y Strindberg, dejó de lado la tradición de la novela revolucionaria. Quizá su olvido se deba también a su evidente rechazo a cualquier nacionalismo. En un país como México eso en ocasiones se paga con el olvido.

“Los cuentos de Tario bordan en lo profundo, lo cual no significa que estén pensados para un público especializado: igual pueden disfrutarlos un crítico literario que un estudiante de preparatoria”, escribe Guillermo Samperio.

Ahora que la literatura fantástica mexicana parece haber superado prejuicios y demuestra que en dimensiones no realistas hay profundidad y no solo evasión; ahora que contamos con narradores como Luis Jorge Boone, Omegar Martínez o Alberto Chimal, dignos representantes del género, es preciso mirar atrás y volver a gente como Tario e Inés Arredondo. Ambos indispensables no solo por su registro imaginativo sino también por su apuesta estética. Mi noche, La noche del hombre y Un inefable rumor son vivos ejemplos de una prosa quirúrgica, rítmica, digna de un gran estilista.

Otros títulos de Francisco Tario son Breve diario de un amor perdido, Acapulco en sueño y Equinoccio.

terror01.jpg

×