“LA LIBERTAD SE CONSTRUYE”

“Más que otorgarse o ganarse la libertad se construye, se profundiza y se defiende.

Dra. Alicia Bárcena
CEPAL
Ricardo Pérez Valencia
Todo menos politica
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México ha vivido una transición y transformación política larga y, en muchísimas dimensiones, fructífera y estimulante, afirma Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quien hace 50 años, durante el movimiento del 68, como estudiante de la Facultad de Ciencias de la UNAM, formó parte del Consejo Nacional de Huelga.

En estas últimas cinco décadas, agrega, el sistema político del país pasó de un régimen autoritario de partido único donde existía censura total a la prensa y fuerzas políticas de oposición —particularmente de izquierda— a un país donde la competencia política es efectiva, la libertad de prensa es muy amplia (aunque en algunas regiones la violencia del crimen organizado prácticamente la elimina) y hay alternancia de partidos en el poder.

Esto, señala, no quiere decir que todo esté resuelto y que México cuente con la democracia de calidad a la que aspiramos, pero los avances han sido evidentes. “Casi puede decirse que en el 68 y el 71 luchábamos casi por lo elemental (libertad de presos políticos, fuera la prensa vendida, desaparición del cuerpo de granaderos) y hoy lo que estamos planteándonos como país es la discusión en torno de un cambio de régimen político. No es poca cosa lo avanzado, ni tampoco lo que aún nos falta por recorrer”, dice.

—¿Qué importancia tiene la libertad para la sociedad, principalmente en temas como los derechos humanos y la no discriminación?

—No hay desarrollo posible sin la garantía de la libertad de las personas y comunidades. Ello mismo forma parte del contenido de la Agenda 2030 de la ONU que en su preámbulo señala que se trata de “un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. También tiene por objetivo fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad. Reconocemos que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible”.

La doctora Bárcena añade que si se concibe la libertad desde el enfoque integral de los derechos humanos entonces son indivisibles e interdependientes las dimensiones políticas, civiles, sociales, económicas y ambientales del desarrollo. “Por ello la pobreza, la desigualdad y la discriminación socavan la libertad de las personas e impiden su pleno desarrollo”.

—¿En México qué tan libres somos los ciudadanos?

—Desde el punto de vista normativo México cuenta, con su marco jurídico y todos los instrumentos internacionales que ha ratificado, con un entramado potente y amplio en materia de derechos y libertades. Pero persisten importantes brechas de implementación y no todas las personas y grupos sociales cuentan con las mismas condiciones y capacidades materiales para gozar plenamente de las libertades que nuestro marco jurídico otorga. En este sentido puede decirse que la desigualdad existe también en el campo del ejercicio de las libertades.

—¿La libertad se otorga o se gana?

—La libertad se construye por medio del empuje de amplias coaliciones sociales y políticas que condensan aspiraciones colectivas. La libertad no es un momento fundacional sino un proceso permanente. Una construcción siempre inacabada, donde nunca están garantizadas para siempre las libertades logradas. Es un proceso progresivo pero siempre bajo el riesgo de involuciones. Por ello diría que más que otorgarse o ganarse la libertad se construye, se profundiza y se defiende.

Procesos

—¿Se puede alcanzar una libertad absoluta o cuáles son sus límites?

—Es un proceso siempre inacabado y debe entenderse como una interrelación entre autonomía y reciprocidad. El daño a los demás o a los bienes comunes y globales es un límite moral a la libertad individual o privada. Y debe ser también un límite jurídico. La formulación de que los Estados solo pueden hacer lo que expresamente les está conferido y las personas pueden hacer todo aquello que no les está explícitamente prohibido es una buena fórmula para acercarse a estos límites.

—¿Qué tan cerca o tan lejos estamos en México de alcanzar la libertad?

—La libertad no se alcanza de una vez y para siempre. Es mucho más un asunto de grados y procesos. Hemos avanzado mucho y nos falta aún un largo trecho, particularmente en garantizar lo que algunos filósofos denominan las condiciones materiales de la libertad. Con hambre, sin techo, en pobreza, con discriminación y bajo violencia es prácticamente imposible que las personas sean auténticamente libres. Atender las barreras y brechas estructurales que impiden a personas y comunidades gozar de autonomía y capacidad de decisión sobre sus vidas debiera ser una de las mayores prioridades de las políticas públicas en favor de la igualdad y, por ende, de la libertad.

—¿Qué se necesita para seguir avanzando en este sentido?

—Un concepto más amplio de la libertad, tal y como lo señala la Agenda 2030. Más y mejores políticas que remuevan las barreras que impiden o menoscaban el goce de las libertades. Instituciones fuertes para proteger las libertades, las reglas democráticas y la participación ciudadana, social y comunitaria. Un acuerdo nacional, un compromiso doble por la igualdad y la libertad.

—¿Para usted qué es la libertad?

—Es la capacidad de personas, comunidades y sociedades para decidir de la manera más autónoma e independiente posible sus proyectos de vida y llevarlos a cabo en un contexto de reciprocidad y solidaridad. Es desarrollar personas y construir comunidades. Es velar por lo propio y lo ajeno. Y es también la capacidad de decir “No”.

Alicia Bárcena Ibarra asumió como secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el 1 de julio de 2008. Fue designada en ese cargo por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, convirtiéndose en la primera mujer en ejercerlo. Tiene una licenciatura en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México y una maestría en Administración Pública por la Universidad de Harvard. Ejerció como jefa de Gabinete del ex secretario general de la ONU Kofi Annan y se ha desempeñado como secretaria general adjunta de Gestión del organismo, así como secretaria ejecutiva adjunta de la Cepal, coordinadora del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y asesora del Programa de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe dentro del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Fue asimismo subsecretaria de Ecología y directora general del Instituto Nacional de Pesca, entre otros cargos en México. Ha publicado numerosos artículos sobre desarrollo sustentable, política pública, medio ambiente y participación pública. Es ganadora del VI Premio de Equidad de Género Miguel Alemán Valdés.

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