La Voyager 1 cruza la frontera del sistema solar

Luego de 36 años viajando por el espacio, la sonda se convirtió en el primer objeto construido por el ser humano que ingresó al espacio interestelar.

Arturo Moncada
Todo menos politica
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Lanzada el 5 de septiembre de 1977 desde Cabo Cañaveral, Florida, la nave o sonda espacial Voyager 1, cuya misión original era visitar Júpiter y Saturno, fue la primera en proporcionar imágenes detalladas de las lunas de ambos planetas.

La Voyager 1, actualmente en activo, se convirtió además en el primer objeto construido por el ser humano que ingresó al espacio interestelar: la sonda, con 36 años de existencia, se encuentra hoy a una distancia de poco más de 19 mil millones de kilómetros de nuestro Sol.


Proyecto

Con el fin de estudiar de forma intensiva Júpiter y Saturno, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) construyó dos sondas espaciales, la Voyager 1 y su gemela, la Voyager 2.

Sin embargo, para la Voyager 2 se eligió una trayectoria que permitía la posibilidad de continuar la misión hasta Urano y Neptuno con una pequeña modificación en vuelo.

En el diseño de las Voyager jugaron un papel importante los datos proporcionados por las sondas Pioneer 10 y Pioneer 11, las primeras en volar hasta Júpiter y Saturno, respectivamente.

En esta misión se aprovechó y sacó ventaja de una extraña disposición geométrica que presentaron Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno a finales de los años setenta. Este fenómeno, que ocurre una vez cada 175 años, daba la posibilidad a una sonda espacial de seguir una trayectoria para pasar cerca de un planeta, observarlo y, aprovechando su “empuje gravitacional”, seguir el viaje hasta el siguiente. Con ello, el uso de los propulsores propios de la nave se limitaba a realizar pequeñas correcciones en la trayectoria.

Ambas Voyager fueron lanzadas desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral. La Voyager 2 fue lanzada primero, el 20 de agosto de 1977, y la Voyager 1 fue proyectada en una trayectoria más rápida hacia Júpiter el 5 de septiembre de aquel mismo año.

La misión original llevó a la Voyager 1 hasta Júpiter en 1979 y a Saturno en 1980, mientras la Voyager 2 sobrevolaba Júpiter en 1979 y Saturno en 1981.

El éxito de estos encuentros aportó datos que revolucionaron el conocimiento del sistema solar.

La Voyager 2 llegó a Urano en enero de 1986 y en agosto de 1989 a Neptuno. A partir de entonces pasó a llamarse Voyager Neptune Mission. La sonda siguió su trayectoria y salió del plano de la eclíptica por el sur, adentrándose en el espacio interestelar.


Mientras tanto, la Voyager 1 siguió su trayectoria tras su encuentro con Saturno y abandonó el plano de la eclíptica por el norte. En estos momentos es el objeto artificial más alejado de la Tierra. Con ambas sondas saliendo del sistema solar, el proyecto pasó a llamarse Voyager Interstellar Mision.

Espacio interestelar

La NASA anunció oficialmente el 12 de septiembre pasado que la Voyager 1 abandonó nuestro sistema solar, poniendo fin a las dudas que se generaron hace un año respecto de si había salido o no de este sistema.

Las dudas fueron provocadas esencialmente porque la llamada zona de transición —donde el Sol deja de tener influencia y la nave entra al espacio interestelar— no era como los científicos habían predicho y no estaba claro, entonces, si la sonda había cruzado o no esa “frontera”: algunas mediciones señalaban el comportamiento que los investigadores esperaban, pero otros datos eran ambiguos y consistentes con que la Voyager 1 todavía estaría bajo la influencia del Sol.


Para llegar a una determinación faltaba una medición de densidad de plasma, que es mucho más alta fuera del sistema solar que adentro.

Los investigadores recolectaron los datos sobre plasma enviados por la Voyager 1 entre abril y mayo de 2013, descubriendo abruptos cambios en la densidad de plasma consistentes con la interacción entre el material que viene del Sol y la materia del espacio interestelar.

Esto significaría que la Voyager efectivamente traspasó la frontera, convirtiéndose en el primer objeto producido por el ser humano en salir de nuestro sistema.

El sistema solar está dominado por el Sol, tanto por la gravedad como de forma electromagnética. El viento solar —partículas eléctricamente cargadas que vienen del Sol— sale expulsado hacia afuera y se mezcla con el material que viene del espacio que está más allá, conocido como el medio interestelar. La frontera entre el sistema solar y el medio interestelar está marcada, a su vez, por una onda de choque conocida como choque de terminación.

Tanto el viento solar como el medio interestelar son plasma, pero el plasma solar es más caliente y menos denso que el que está en el lado interestelar. Así, la región de transición después del choque de terminación está marcada por un aumento en la densidad del plasma y una baja de la temperatura. La transición se conoce como heliopausa, y su lado exterior es el límite del sistema solar.

Los nuevos datos sobre el plasma sugieren un rango de tiempo que coincide con cambios abruptos y duraderos en la densidad de las partículas energéticas que se detectaron por primera vez el 25 de agosto de 2012. El equipo de Voyager generalmente acepta esta fecha como aquella en la que se alcanzó al espacio interestelar.

Histórico

El científico y jefe del proyecto Voyager, Ed Stone, comentó: “Esto es realmente un hito al que habíamos estado esperando llegar cuando iniciamos este proyecto hace 40 años: que tendríamos una nave espacial en el espacio interestelar”.

Es un gran hito, también, “históricamente: este es uno de esos viajes de exploración como darle la vuelta al mundo por primera vez o poner un pie en la Luna por primera vez. Esta es la primera vez que hemos comenzado a explorar el espacio entre las estrellas”, agregó Stone.

El trabajo de la sonda no ha terminado: mientras sus instrumentos sigan funcionando, los científicos continuarán el análisis del nuevo entorno. Sin embargo, la Voyager 1 no se acercará a otra estrella hasta dentro de 40 mil años, pese a moverse a una velocidad de 45 kilómetros por segundo, es decir, 160 mil kilómetros por hora.

Se espera que dentro de diez años las fuentes de energía hechas de plutonio de la sonda dejen de suministrar electricidad; entonces sus instrumentos y transmisores “morirán”.

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