México, rico en tortuga marina

El balance de los ecosistemas marinos y los ciclos de vida de las especies que habitan en él son regulados por las tortugas marinas

Tortuga marina
Foto: Cuarto Oscuro
Martha Mejía
Todo menos politica
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En México anidan seis de las siete especies de tortuga marina reconocidas a nivel mundial: carey, lora, golfina, laúd, verde y caguama —excepto la tortuga kikila, endémica de Australia—, pero es también la nación donde mayor número de saqueo de huevos de estas especies se registra.

Estas viajeras recorren largas distancias desde el momento en el que nacen, nadando en mar abierto por casi diez años en su proceso de crecimiento y alimentación.

Por más increíble que parezca, solo hasta los 30 o 40 años alcanzan su madurez sexual. En ese momento emprenden largas travesías para copular y vuelven a emprender el viaje hasta el lugar en el que nacieron para ahí desovar, explica Ricardo Yépez, director y fundador de Fundación Yépez AC, que se dedica al cuidado de las tortugas marinas en la zona centro norte de Veracruz.

“Este proceso sucede cada tres o cuatro años y representa solo 1% de sus vidas. Las hembras son las únicas que salen a la superficie: los machos jamás lo hacen. Y por eso es tan difícil conocer muchos aspectos biológicos de estos animales”, dice a Vértigo.

El balance de los ecosistemas marinos y los ciclos de vida de las especies que habitan en él son regulados por las tortugas marinas: sin su presencia las cadenas alimenticias se verían interrumpidas.

Por ejemplo, la tortuga carey se alimenta de esponjas que viven sobre los arrecifes de coral. Sin ellas las esponjas recubrirían los corales.

La tortuga verde se alimenta de las praderas y hierbas marinas. Al podarlas mantienen ese ecosistema saludable. Cuando esas hierbas crecen sin control empiezan a liberarse compuestos de carácter venenoso, como el cianuro; es decir, su función es ayudar a regular el ecosistema en donde se encuentren.

¿Dónde viven?

La distribución de las tortugas marinas es pantropical, es decir, que se ubican en regiones tropicales en todos los continentes.

En América habitan desde el sur de California hasta el norte de Chile, en el Caribe, en Brasil e incluso en Uruguay y Argentina, pero México significa un verdadero hogar para todas ellas: en el país operan 32 campamentos tortugueros donde participan comunidades, instituciones y voluntarios que juntos realizan tareas de conservación, recorridos de protección y vigilancia, monitoreo biológico e investigación de este reptil.

Algunas de las playas de mayor importancia son las siguientes:

Santuario Playa de Rancho Nuevo, en Tamaulipas, la más importante del mundo para la anidación de la tortuga lora, especie endémica del Golfo de México.

En Oaxaca, la playa Barra de la Cruz, que este año obtuvo más de 300 anidaciones de tortuga laúd, colocándola en primer lugar en las playas de anidación del Pacífico Oriental.

Santuario Playa de Escobilla, la de mayor importancia mundial por el tamaño de las arribadas de tortuga golfina, seguida por la playa Morro Ayuta.

Además de estas playas opera el Centro Mexicano de la Tortuga, ubicado en Mazunte, Oaxaca. Se creó en 1991 con el propósito de difundir la importancia de las tortugas marinas y las acciones de conservación realizadas en México.

Peligro y protección

La principal causa de la disminución de la población de las tortugas marinas ha sido la explotación humana de sus huevos, carne y caparazón para subsistencia y comercio.

“En México continúa esta problemática, siguen matándolas, continúa el hábito de consumo, ha disminuido pero aún no se gana la batalla, falta mucho por hacer: trabajar, educar y conservar”, señala Ricardo Yépez.

Explica que los proyectos que hoy se hacen en torno de la conservación de las tortugas marinas se verán reflejados en 50 años, ya que “son proyectos a muy largo plazo. Y 50 años es aproximadamente lo que un animal en peligro de extinción tarda en recuperarse. Es muy gracioso, pero hora vemos tortugas donde no había. Por ejemplo en pleno puerto de Veracruz, de donde parten los barcos, salen las tortuguitas. Y eso se debe única y exclusivamente al cambio de uso del suelo”.

Añade que ahora es nuestra responsabilidad educar a las personas que heredan o heredarán todo el esfuerzo que se hace.

Otras amenazas adicionales a su supervivencia son la captura incidental durante la pesca de palangre y camarón; la contaminación; la destrucción de su hábitat; además de su uso, por parte de comunidades costeras, como fuente de alimento e ingresos por la venta de productos.

Durante los últimos años estos reptiles han adquirido un gran valor económico en varios países como atracción ecoturística.

En este sentido Yépez señala que si bien existen acciones negativas por lo que algunas autoridades no hacen, deben aplaudirse también los esfuerzos del gobierno mexicano que, junto con la sociedad civil, se han venido realizando para impulsar y poder sacar la Ley General de Vida Silvestre. “En un específico la NOM-0162, que establece las especificaciones para la protección, recuperación y manejo de las poblaciones de las tortugas marinas en su hábitat de anidación. En México la responsabilidad primordial en cuanto a tortugas marinas es de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), pero la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) tiene la jurisdicción en playa. Y esta dependencia tiene que comenzar a planear y a formar más inspectores federales, por la cantidad de pesca incidental que hay en México debido a las redes que se colocan”, indica.

Por otra parte, comenta que la Marina-Armada de México está muy comprometida: “Quiero agradecerles porque en verdad ellos nos cuidan tanto en tierra como en agua, y hay que reconocer el esfuerzo que desarrollan en la custodia de todas las especies marinas”.

Cómo ayudar

El también responsable del campamento tortuguero Tortugas Fundación Yépez agrega que todos podemos ayudar a la conservación de este anfibio exigiendo a las autoridades regular los campamentos, que estén capacitados y tengan su debida autorización y su plan de aprovechamiento. Y obviamente como turistas ser conscientes y elegir solo campamentos debidamente regulados y autorizados por la Semarnat.

Además de proteger a las tortugas marinas Fundación Yépez AC trabaja con proyectos comunitarios de conservación, reforestación de manglares, árboles nativos, y proyectos como limpieza de playas y reciclaje a través de métodos sostenibles con un enfoque fuerte a la educación ambiental.

Actualmente realiza una campaña dedicada a la protección de las tortugas marinas en peligro de extinción en el norte de Veracruz.