Por: Federico González
Fernando Pessoa. Aforismos y afines. Axial. Traducción: Leopoldo Cervantes-Ortiz. 143 pp.
A Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935) no solo le sobraban alter egos, también desencanto y claridad. El escritor lusitano, quizás el más celebrado de su país, se especializó en la contradicción y la desesperación humana. Entre sus poemas, Tabaquería goza de una importante cantidad de seguidores. Matizó: “una buena cantidad” es, desde luego, un concepto muy relativo hablando de poesía.
“No soy nada./ Nunca seré nada./ No puedo querer ser nada./ Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo”, inicia aquel poema. El resto de su literatura, sea prosa o verso, se mueve por la misma línea.
Fuera Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Ricardo Reis, Bernardo Soares o el propio Fernando Pessoa, todos esos nombres son el envoltorio de una misma persona. Concebida originalmente por el traductor y escritor estadunidense Richard Zenith, la edición de este volumen compila aforismos y/o fragmentos que funcionan solos. A través de sus heterónimos y de él mismo, planta cara al mundo y cuestiona, cual consumado escéptico, a la condición humana.

Libertad e imposibilidad
“Siento, a veces, un intenso temor de mis inspiraciones, de mis pensamientos, al comprender cuán poco de mí es mío”, escribe.
El temor en el caso de Pessoa es duda, cavilación y fuente de reflexión. “Solo quien nunca pensó, llegó alguna vez a una conclusión. Pensar es dudar. Los hombres de acción nunca piensan”. Si les creemos a ciertos políticos que se autodenominan “hombres de acción”, la línea adquiere mayor certeza.
El portugués es un maestro de la duda. Buen lector de Nietzsche y Milton, es un escéptico de todo, empezando por la fe y la religión. Cuando dice: “El mundo no es verdadero, sino real”, lo despoja de cualquier carga moral y lo asume tal cual es. Más allá del juego de palabras que se puede desprender de: “Primero sé libre; después pide la libertad”, Pessoa llama a desprenderse de los atavismos y prejuicios sociales. Su llamado es consigna, pero también imposibilidad, la imposibilidad que guía su literatura.

“El genio es la mayor maldición con que Dios puede bendecir a un hombre”; lo dice un hombre que sufrió lo suyo y padeció su propia genialidad.
Para consumir en pequeñas dosis, Aforismos y afines es un volumen contradictorio como lo es el propio ser humano. Oscuro en cuanto a su forma de asumir la decadencia como algo inevitable. Pero luminoso, en tanto que nos cimbra y confronta sin conmiseración con nosotros mismos.
Otros libros de Fernando Pessoa son El libro del desasosiego y Lo mejor del mundo son los niños.
