A diferencia de lo que ha ocurrido en otras sedes de la Copa Confederaciones Brasil 2013, en esta ciudad no se espera presencia de manifestantes en los alrededores del estadio Mineiraio, donde esta tarde México y Japón se despedirán de la competencia.
En Río de Janeiro y Fortaleza, donde el Tricolor jugó ante Italia y Brasil, de manera respectiva, se registraron hechos de violencia entre los inconformes y las fuerzas de seguridad, quienes para repelerlos usaron gases lacrimógenos.
Desde temprana hora los inconformes en la glorieta "Plaza Siete", que se ubica exactamente en el centro de la ciudad, comenzaron a darse cita, aún sin afectar la circulación, pero ya con presencia de la policía militar.
De acuerdo a Icaro, un adolescente de 17 años que cursa la preparatoria, explicó que se espera la presencia de cien mil personas y que el objetivo es que sea pacífica.
"Lo que pedimos es justo, los servicios aquí son muy malos, el transporte es deficiente y se tiene que invertir en eso y no cosas que ayudarán muy poco, como los estadios", indicó a quien curiosamente no le gusta mucho el futbol.

