Alicia en el país de las maravillas

Alicia en el país de las maravillas
Foto: bellydanceevolution.com
Hector González
Todo menos politica
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Cuenta la mitología egipcia que Ishtar, antigua diosa del amor y la fertilidad, bajaba al inframundo seis meses al año. En su descenso pasaba por siete niveles, cada uno con siete puertas. El episodio dio origen a la Danza de los siete velos, quizá la pieza más famosa del belly dance o danza del vientre, expresión que en los últimos años ha experimentado un notable crecimiento y diversificación en Occidente.

Un ejemplo de ello es la compañía estadunidense Belly Dance Evolution, que el próximo 15 de agosto presentará en el Teatro Metropólitan su adaptación al clásico de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas.

A decir de Mario Rojas, representante de la compañía en México, la disciplina se practica de manera profesional en nuestro país desde hace 15 años. “En los últimos tiempos ha tenido un repunte muy interesante. Cada vez hay más gente y más sitios donde aprenderla”.

Además de explotar la sensualidad, el belly dance se caracteriza por sus beneficios musculares y cardiovasculares. “En los países árabes la practicaban mujeres bellas para amenizar los eventos de los grandes faraones, pero hoy su práctica se ha extendido a todo tipo de cuerpos”.

La visita de Belly Dance Evolution obedece al éxito de su primer espectáculo montado en la Ciudad de México en diciembre pasado. Involucrado ya durante seis años con el proyecto, Mario Rojas asegura que la visita es reflejo del buen momento que atraviesa esta manifestación. “El espectáculo se mantiene en gira mundial desde hace dos años; ha recorrido Asia, Europa y Sudamérica, siendo Estados Unidos su zona de mayor impacto”.

Como parte de su vocación de difusión, la compañía dirigida por Jillina Carlano no solo se dedica a presentar su espectáculo en los países a los que viaja sino que ofrece además talleres e involucra a bailarines locales en los espectáculos a través de un casting.

En el caso de México seleccionó a 19 bailarinas y dos bailarines que integrarán el coro de la puesta en escena del próximo 15 de agosto. Así es como la mexicana Bahira (Luna, en árabe) se suma al proyecto. “Siempre me ha gustado la danza, pero el belly dance me llamó la atención porque lo puede bailar cualquier persona sin importar la edad o el tipo de cuerpo. Yo estudié comunicación y dejé todo por la danza”.

Expresión en crecimiento

Actualmente la joven se desempeña como maestra de la danza del vientre en el Distrito Federal y el Estado de México. Antes de ser convocada tuvo que enviar un video y posteriormente uno más con una coreografía propuesta por los norteamericanos. Finalmente realizó una audición. A pocos días de la presentación, los ensayos para el montaje son diarios y con una duración de ocho horas.

“La danza árabe es complementaria a cualquier otro tipo de danza. Uno tiene que ser disciplinado, constante y enfocarse en aprender la técnica. Si bien se compone de movimientos naturales, exige dedicación y rigor”, añade.

Con el fin de articular un espectáculo apto para toda la familia, el conjunto hizo de Alicia en el país de las maravillas una historia donde 30 bailarines en escena combinan distintos ritmos y tradiciones. “Jillina Carlano adaptó el relato para presentarlo en tribal, belly dance, fusión y hip hop. Es una pieza familiar; independientemente de la historia es muy rica en el contenido de la danza. Ver al Conejo representado por Danilo Méndez con hip hop, es algo que a los niños les gusta mucho; en cuanto a fusión y tribal, es interesante apreciar al Gato o a la Oruga en estos despliegues”, expone Mario Rojas.

En Latinoamérica la potencia del belly dance es Argentina. Nuestro país, no obstante, registra una trayectoria ascendente. “Afortunadamente ya nos visitan profesionales para compartir su conocimiento”, dice Rojas.

Su milenaria historia se liga con Cleopatra y Las mil y una noches; es decir, forma parte de una tradición donde el lenguaje corporal es tan importante como el verbal y a la que se incorporan elementos como los sables o el fuego.

Si el belly dance tiene como uno de los objetivos explorar la feminidad de la mujer, su contraparte masculina es el dabke, enfocado principalmente en la masculinidad. En ambos casos, el impacto en México ha crecido de manera considerable.

“Por fortuna ya contamos con varias bailarinas que trabajan en países árabes, como Bahira, Tatiana Ávila y Marla Mar; las tres ponen en alto el nombre de México”, asegura Rojas.

Lo mismo sucede con los hombres, donde destaca Anuar Camel, uno de los mayores exponentes de dabke y recién reclutado en Argentina tras impartir cursos en Japón y la Unión Americana.

La expansión de estos tipos de danza atraviesa por una presencia cada vez más frecuente en gimnasios, academias y centros culturales. Sin embargo, si le interesa obtener un certificado emitido por Belly Dance Evolution puede contactar a Mario Rojas vía Facebook en la página mexicana de la compañía y al teléfono 04455 3186 1375 para inscribirse a los talleres que tendrán lugar los días 14, 15 y 16 de agosto en el Hotel Howard Johnson Alameda.

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