Antes del desamor

Para Jesse y Céline el tiempo se detuvo por primera vez en 1995, cuando se conocieron en un tren que recorría Europa y se bajaron de él en Viena.

Before Midnight nos enfrenta a la cotidianeidad de la pareja una vez que consiguieron estar juntos
Foto: Especial
Todo menos politica
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¿Quién no ha conocido a alguien con quien siente que puede hablar por años? Alguien con quien el tiempo no transcurre de manera normal, con quien una conversación de dos horas parece durar sólo 20 minutos. Pareciera que el reloj, las personas, todo lo demás miente, menos el sol y el efecto que causa sobre el planeta tierra.

Para Jesse y Céline el tiempo se detuvo por primera vez en 1995, cuando se conocieron en un tren que recorría Europa y se bajaron de él en Viena para recorrer la ciudad e intentar conocerse en pláticas que se prolongaron hasta el amanecer, cuando Céline debía abordar el tren de nuevo, no sin antes prometer encontrarse seis meses después en el mismo sitio.

Y se volvió a detener en 2004, cuando se volvieron a encontrar, ahora en París, tras 9 años de no saber nada el uno del otro. Una vez más su encuentro está sujeto a un límite de tiempo, pues Jesse debe abordar el avión de regreso a casa tras presentar un libro basado en la noche que conoció a Céline.

Si bien Before Sunset, la única película de la trilogía que calificaría como “romántica”, es sobre la posibilidad del amor y Before Sunrise es sobre cómo esa posibilidad nunca se materializó para los amantes y las consecuencias que tuvo sobre sus vidas románticas, Before Midnight nos enfrenta a la cotidianeidad de la pareja una vez que consiguieron estar juntos.

La forma en que Before Midnight nos cuenta la historia de Jesse y Céline es distinta a las anteriores dos, donde representábamos el papel del voyeur que escucha una conversación durante toda una noche, o en el transcurso de hora y media. En ésta última la pareja no está sola durante gran parte de la película, pues los hijos, los amigos y los compromisos no les permiten ser sólo ellos dos. Ya no existe ese universo propio donde el tiempo se detenía cada vez que se encontraban.

Unas vacaciones en Grecia son la oportunidad perfecta para separarse un poco de la cotidianeidad y volver a ser de nuevo sólo Jesse y Céline, la pareja que se bajó de un tren en Viena y se enamoró, pero después de tantos años, y tras finalmente poder estar juntos, deben lidiar con el hecho de que no son los mismos, y que a veces el amor tampoco es el mismo, pero es todo lo que hay.

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