COMO CAÍDO DEL CIELO

Lástima: sonaba bien pero será recordada como una cinta más.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
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Por Sergio Pérezgrovas

El género de chick flick está diseñado principalmente para las mujeres. Es siempre relacionado con el romance y el amor. A mí me parece una pérdida de tiempo porque las películas generalmente son sosas y con muy poco contenido, superficiales y maniqueas (no todas, pero casi).

La cinta estrenada el 24 de diciembre por la plataforma de Netflix, Como caído del cielo, es justamente eso. Se trata de un subgénero ya que además es una comedia musical. La dirige José Pepe Bojórquez.

Cuando supe de ella, hace ya varios meses, la premisa me pareció interesante y esperé pacientemente para verla.

Por supuesto las expectativas fueron altas y la verdad me decepcionó terriblemente. Ana Claudia Talancón se ve como que se la pasó de fiesta en el famoso Guadalupe-Reyes: toda abotagada o llena de aceite del 40 para motores usados (perdón, botox), con una actuación como policía motorizada solo para ver que su marido anda en moto. Su interpretación es tan plana como una aspirina o una hoja de caligrafía de la primaria.

Manuel Flaco Ibáñez, que es el padre de Raquel (Ana Claudia), está más gastado que suela de bailarín del salón Los Ángeles en los setenta.

La historia se resume en que Pedro Infante tiene que regresar en el cuerpo de uno de sus imitadores para reconquistar y serle fiel a su mujer. Pedro Guadalupe (Omar Chaparro) es el encargado de realizar el papel, que dicho sea de paso es lo único que vale la pena: se ve que estudió al personaje y la verdad canta y gesticula muy parecido al famoso cantante. Lo demás es pura m… mala película y lugares comunes.

El malo es muy malo, que además es el alcalde de Tijuana. Pedro Guadalupe le pone los cuernos con la prima de Raquel (sí está bien guapa), pero su actuación es como para ganarse el premio del kínder. Samantha (Stephanie Cayo) mejor que se dedique a hacer garnachas en la esquina de algún puente del Periférico. Y, para acabarla, al final Pedro Guadalupe se muere y Pedro Infante desaparece; eso sí, con su conciencia bien limpia, lavada con jabón Zote.

En fin, ¿por qué no hacemos algo así como Across the Universe o Yesterday? Lástima: sonaba bien pero será recordada como una cinta más.

Locura

Apareció arriba de un carro que previamente se encontraba estacionado sobre la calle Puebla. Álvaro Cordón Álvarez era el occiso. Parecía muerte por suicidio pero Tris no se la tragó. Subió al octavo piso del edificio, desde donde cayó, y no encontró ninguna nota suicida. En cambio reconoció restos de forcejeo ya que había una mesa de centro y algunos muebles movidos. Preguntó al MP por qué creía que el muerto se hubiera aventado y este no tardó en responder:

—¿Pues qué no ve que fue en un arranque de desesperación? Por eso todo está tirado.

Tristán lo volteó a ver y dijo:

—Ay, no mames, cómo serás pendejo, ¿no ves que hay restos de sangre en el piso? Aquí hubo una pelea.

El detective supo que era un asesinato. Llegó a la oficina del contador Cordón y encontró todo tirado; papeles y computadoras en el piso. Al final del pasillo se escuchaban ruidos. Sacó su bulldog y caminó despacio; abrió lentamente la puerta y encontró a un hombre debajo del escritorio, llorando y diciendo en voz baja:

—No quería matarlo, solo asustarlo, porque se llevó todo el dinero, no dejó nada.

El hombre estaba ido, fuera de sí. Tris llamó al siquiátrico. No había mucho qué hacer.