PARA QUE NO SE OLVIDE

¿Qué hacía que fueran tan amigas, además de su militancia?

Foto: Especial
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Redacción
Todo menos politica
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La confianza es el santo grial del espionaje.

Embeth Davidtz-Judith Bolton

Teresa Proenza, una espía cubana en la política, la cultura y el arte de México es el libro que presenta Xavier Guzmán Urbiola. Con gran sensibilidad encuentra a este personaje que parece salido de alguna novela de Ian Fleming, aunque se trata de alguien de carne y hueso.

Nacida en Banes, provincia de Oriente, Cuba, en 1908, estudió inglés y se inscribió en la Universidad de La Habana. “La militancia comunista de los varones marcó su vida desde temprano”, menciona Xavier. Por una bomba enviada en una caja de zapatos a una de sus cuatro hermanas la familia de Teresa tuvo que viajar a Guatemala, posteriormente a Honduras y finalmente a la Ciudad de México el 22 de julio de 1933. Aquí conoció a Elena Vázquez Gómez, hija del licenciado Emilio Vázquez Gómez, antirreleccionista temprano y revolucionario. Elena sería el gran amor de su vida, amiga, pareja y cómplice que gustaba de vestir con pantalones y fumar pipa. Una pareja que desafiaba a un México costumbrista y lleno de prejuicios sobre la sexualidad.

Según Raquel Tibol, en 1933 Teresa había terminado sus estudios de filosofía y letras en la Universidad de La Habana por lo que comenzó a dar clases de literatura en la secundaria #2.

Tibol afirma que en 1936 Teresa se unió a “las fuerzas internacionalistas como miembro del Socorro Rojo” creado por la Internacional Socialista en 1922.

Para 1937 Teresa, Elena y Ninfa Santos fueron a Veracruz a recoger del buque Mexique a los niños de Morelia.

Conoció también por aquella época a Caridad Mercader, madre del asesino de Trotsky, Ramón Mercader. ¿Qué hacía que fueran tan amigas, además de su militancia? El escritor afirma que también la libertad sexual que las dos experimentaban.

Secretaria particular de Diego Rivera y amiga íntima se convirtió en su confidente, sin siquiera él sospechar quién era ella realmente.

Tibol afirma que al final de la vida de Frida ella recibía favores sexuales de parte de María Félix y la misma Teresa, aunque esto solo con el fin de demeritar el trabajo que realizó nuestra protagonista. No le sigo porque parecerá resumen. Pero la verdad es que el contenido es contundente, bien escrito, documentado y sobre todo breve (no como los tabiques a que nos tiene acostumbrados Dan Brown y que a veces sirven únicamente para detener las patas de mi mesa de trabajo). Y tampoco quiero spoilearles el final. El libro es publicado por el INBA y la Secretaría de Cultura con mil ejemplares, así que cómprelo porque seguramente volará.

Recomendaciones

En Netflix hay una serie de los últimos días del famoso Trotsky que lleva por título el mismo nombre. También en esta misma plataforma está la película El elegido, que protagonizan Poncho Herrera y Hanna Murray bajo la dirección de Antonio Chavarrías. Las dos son bastante recomendables, con buena factura y mostrando partes de aquel México donde vivió y amó Teresa Proenza.

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