La historia En las profundidades de la América salvaje, el trampero Hugh Glass resulta gravemente herido y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald. Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, a un invierno brutal y a la guerra constante entre las tribus de nativos americanos, para conseguir vengarse de Fitzgerald.
La reseña Con base en hechos reales ya vistos en el cine con El hombre de una tierra salvaje (Man in the wilderness, de Richard C. Sarafian, 1971), Revenant: el renacido (The Revenant) es una adaptación de la novela de Michael Punke cuya preproducción tomó años, cambiando de manos, hasta que por fin pudo verse realizada con la llegada de Alejandro González Iñárritu, quien reescribió el guión original de Mark L. Smith.
El trabajo técnico, sobre todo la fotografía, es sobresaliente y es inevitable pensar en las películas de Terrence Malick. Esas panorámicas, esos planos exquisitos, tan místicos, de la naturaleza… Emmanuel Lubezki vuelve a demostrar por qué es considerado un genio de la fotografía: cada fotograma de Revenant transmite una belleza extraña, violenta, cruda, pero llena de alma.
Las actuaciones están a la altura. Con un guión que se centra en la relación del hombre con la naturaleza y en grandes silencios, esto no se trata de diálogos y las interpretaciones principales entregan toda la intensidad que se necesita para que esa propuesta sea un éxito. Tom Hardy y, en especial, Leonardo DiCaprio, realizan un trabajo excelente. DiCaprio se llevó el Globo de Oro por esta cinta y quizá sea el momento de que se lleve su primer Oscar, que tan esquivo le ha sido.
Lo que le resta algunos puntos al filme es la duración, es excesiva —sin problema podría haber tenido media hora menos— pero quienes dicen que Iñárritu solo está intentando conquistar nuevamente a Hollywood no parecen dar en el clavo: dos horas y media de una película que casi no tiene diálogos no es precisamente el concepto del cine comercial, fácil de digerir.
En todo caso ese carácter metódico y riguroso da un resultado general que vale la pena. En definitiva, es una revisión del western, con todos los elementos que lo caracterizan, la venganza, la suciedad, la violencia, la supervivencia... Todo ello mezclado con claras influencias de Malick y con la estupenda narración de Iñárritu.
Lo bueno La maestría visual, toda su primera hora y también los últimos 30 minutos y las actuaciones.
Lo malo Una duración excesiva con un segundo acto que se alarga demasiado.
¿Vale la pena verla? Sin duda. Es una gran película, que destaca lo mejor del director y que debería darle, por fin, un premio de la Academia a DiCaprio.